Si es usted de los que le gusta pasear de noche por la playa, contemplar tranquilamente la luna, o de los que tenía pensado acudir a una fiesta o un botellón sobre el arenal, en Cullera, en Valencia, le van a colocar una valla con un cartel que reza el cierre de 00:30 a 8:00 de la mañana hasta nuevo aviso.
Jordi Mayor, alcalde de la localidad nos dice que "es incomprensible tener toda la hostelería cerrada a las doce y media de la noche, y que se permita que la gente vaya a la playa a hacer botellón”. "Cullera era como una especie de isla donde no había ninguna restricción horaria y podían circular libremente” apunta Juan José Figueres, intendente jefe de Policía Local.
En el resto de la Comunidad Valenciana, aparte de los municipios con toque de queda, hay ayuntamientos que también las cierran por su propia seguridad.
En las Islas Baleares, llevan semanas con los arenales cerrados desde las diez de la noche. Una hora más tarde empieza la restricción para los andaluces, comunidad en la que en torno al 85% están clausuradas por mera seguridad. Y la limitación se transforma en recomendación para gallegos y catalanes. Contando con que hay muchas localidades que ya tienen restricciones de movilidad nocturna. Pagan justos, por pecadores.