Los CDR han generado el caos durante estas semanas en Cataluña, pero lo que podrían haber hecho habría sido mucho peor. El sumario de la “Operación Judas” ha revelado las intenciones de los Comités de Defensa de la República, en concreto del Equipo de Respuesta Táctica (ERT), la facción más violenta. Estaban dispuestos a fabricar bombas, actuar contra las instituciones del Estado como cuarteles de la Guardia Civil, derribar torres eléctricas o acabar con los Mossos d’Esquadra.
Jordi Ros, Alexis Codina y Germinal Tomas son el “núcleo productor” del ERT y utilizaron como laboratorios dos domicilios: uno en Sabadell y otro en Sant Fos de Campsentelles. En los registros que la Guardia Civil realizó en el mes de septiembre encontraron muchos materiales con los que pretendían atentar.
En el domicilio de Jordi Ros Sola, al que él mismo se refería como ‘laboratorio’, la Guardia Civil encontró una hoja tamaño cuartilla con anotaciones manuscritas, entre ellas una donde se lee “esquema bomba”, con un dibujo por ambas caras. Jordi compró sustancias para fabricar explosivos y experimentó con ellas en la cocina de la casa citada, y no lo puede negar, porque los agentes le hicieron un seguimiento exhaustivo. Hasta le fotografiaron comprando productos químicos, consiguiendo además las facturas de todas las compras de los materiales.
Del sumario se desprende también la convicción de los investigadores de que “la acción perseguida es la implementación de un laboratorio casero e ilegal para la génesis casera de sustancias explosivas, incendiarias y/o deflagrantes”. Además, en el informe realizado por los Tedax, subrayan que los ERT disponían de los “precursores explosivos y de los conocimientos necesarios para la fabricación ilícita de sustancias explosivas”. Por lo que la idea de fabricar explosivos era real y no un sueño o ilusión como la declaración de independencia.
Demasiadas pruebas que demuestran las evidencias: encontraron una receta para elaborar cloratita, uno de los explosivos que utilizaba ETA; ácido sulfúrico, parafina, polvo de aluminio o ‘nitro’. Ros Sola declaró que era totalmente consciente de que la nitro era un explosivo. No supo responder, en cambio, a por qué tenía anotaciones para fabricar “Goma 2”, pero negó que quisiera utilizarlo para llevar a cabo atentados. También podrían fabricar amonal y amosal, utilizados habitualmente por la banda terrorista ETA, ya que tenían nitrato amónico y los demás componentes.
A todos esos materiales se le suman el arsenal que tenían para fabricar los explosivos: “material de laboratorio específico, como probetas, matraces, pipetas, recipientes de mezclado, cucharillas, sistemas de calefactado como pastillas de encendido, resistencias eléctricas del tipo freidora de cocina, soplete a gas, morteros para molido, molinillo eléctrico, sistemas de filtrado a base de filtro de papel y tamizadores artesanales, fuente de alimentación eléctrica de 24 voltios y 16 amperios”.
Para más inri, la Guardia Civil encontró evidencias de que habían fabricado termita, uno de los componentes que utilizan los yihadistas para fabricar una bomba muy mortífera; localizó distintos componentes electrónicos para intentar conseguir algún tipo de detonador retardado; descubrieron que los acusados consultaban vídeos en Youtube para fabricar los explosivos y grabaron uno de los ensayos que realizaron en el jardín.
Los terroristas estaban dispuestos a dar golpes fuertes, porque entre el material incautado por la Guardia Civil, había motores de proyección que pueden ser usados para el lanzamiento a modo de cohete (aún está fresco el recuerdo del helicóptero que estuvo a punto de ser derribado en las protestas de Barcelona). Además, tenían “medios de ignición pirotécnica, como bengalas, cuya combustión es capaz de incendiar otros productos menos sensibles. Dos de ellas habían sido raspadas para retirar la mezcla pirotécnica”.
A los investigadores les inquieta que “se localizara un documento manuscrito” para utilizar, según reza en el sumario, “tras la comisión de un atentado terrorista, a modo de texto reivindicativo”. Con toda esta maquinaria, pretendían derribar torres eléctricas, algo que recordó Ros en su declaración. Fue a inspeccionar una de ellas, pero no se llevó a cabo esa acción porque “no era viable”, aunque dio una segunda versión: convenció a ‘los otros’ para que no lo hicieran.
El Aeropuerto de El Prat, la autopista AP-7 o el Parlament eran otros de los objetivos de los CDR para generar el caos. Ferrán Jolis, uno de los detenidos, vinculó el asalto al Parlament y a la Guardia Civil con las órdenes del presidente Quim Torra. Aseguró que un “grupo secreto” apodado “CNI catalán” encargó a los miembros del Equipo de Respuesta Táctica que asaltasen el Parlamento catalán. Para conseguirlo, una logística impecable: dos pisos francos para sobrevivir durante días, antenas de larga distancia para las comunicaciones y red wifi robada de los establecimientos cercanos para encriptar las comunicaciones. Tenían que resistir al asedio, al que llamaban “el día D” al menos una semana.
En una foto incluida en el sumario, se ve posando a Alexis Codina, otro miembro, con un subfusil simulado. El arma se le incautó en un registro junto a una granada también simulada, algún cartucho, un cuchillo y una catana. Armas que podrían haber utilizado en el asalto al Parlament.
Ninguna de las declaraciones de los presuntos terroristas convencieron al juez, a pesar de haber distintas confesiones, y les envió a prisión. La Fiscalía les imputa delitos de pertenencia a grupo terrorista, conspiración para causar estragos y tenencia ilícita de explosivos. Todas las acciones “dirigidas a conseguir o facilitar el fin último de proclamar la república y conseguir la independencia de Cataluña”.