El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica este miércoles la modificación del decreto por la que, a partir de mañana, las mascarillas ya no serán obligatorias en exteriores después de que así lo haya aprobado el último Consejo de Ministros y tras el acuerdo del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS). Sin embargo, esta obligatoriedad del uso de la mascarilla se mantiene en eventos multitudinarios que tienen lugar en espacios al aire libre cuando los asistentes estén de pie o, si están sentados, cuando no se pueda mantener una distancia de seguridad de al menos 1,5 metros entre personas o grupos de convivientes.
También sigue siendo obligatorio el uso de mascarilla en los medios de transporte público, especificándose que esto incluye andenes y estaciones de viajeros y teleféricos. Además, esta medida de control no farmacológico también se mantiene en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público. El decreto recuerda que la relajación de las medidas que se incluye en este real decreto, propuesta para la población general, se debe valorar a nivel individual de acuerdo con la pertenencia a grupos de mayor vulnerabilidad, la vacunación y la actividad y comportamiento social que pueda incrementar los riesgos de transmisión.
Si bien el uso de la mascarilla ha sido una medida clave de control del COVID-19, el citado decreto recoge que la evidencia disponible sobre la transmisión del virus en los diferentes ámbitos indica que su uso tiene un impacto mayor en espacios interiores en los que se reúnen personas que no conviven habitualmente y en grandes aglomeraciones en los que no pueden mantener distancias de seguridad y se establecen interacciones con múltiples personas.
Por otro lado, también apuntan que las variantes actualmente en circulación del SARS-CoV-2 parecen producir un cuadro clínico menos grave según los estudios disponibles y esto contribuye a modificar la valoración de la situación epidémica del COVID-19, pese a las altas incidencias observadas entre los pasados meses de diciembre y enero.
Las mascarillas en exteriores han permitido suavizar otras con impacto socioeconómico mayor y mantener una mayor interacción social, según recoge el decreto, que pone en valor que las recomendaciones de uso y obligatoriedad se han ido adaptando al conocimiento de la enfermedad y, sobre todo, a la evolución de la epidemia y las necesidades de control de la transmisión.