La explosión de ómicron ha hecho replantear todos los mecanismos de prevención. Desde hoy, se reduce el tiempo de cuarentena en positivos asintomáticos y leves de diez a siete días sin necesidad de una prueba, un test para reincorporarse a la actividad. Pero si se matizo primero al pasar de asintomáticos a leves, lo mismo ha pasado ahora.
Los contagiados solo podrán salir a la calle si, durante los tres últimos días, no tienen síntomas. Por poner un ejemplo, si usted diera positivo este sábado 1 de enero, su cuarentena terminaría el sábado 8 de enero, siempre y cuando los días 5, 6 y 7 no queden huellas de la covid. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, quien justificaba esta reducción del aislamiento en el hecho de que ómicron tiene un menor período de incubación que las variantes anteriores.
"Es una variante más transmisible y con mayor capacidad de contagios. El comportamiento a la hora del período de incubación de ómicron no es el mismo, de ahí la necesidad de hacer esta modificación. Tendremos que monitorizar la evolución de ómicron día a día con especial seguimiento a la positividad, hospitalización y UCI", reflexionaba Darias. El presidente del Gobierno ya dejó claro que había que compatibilizar entre economía, salud mental y pandemia. Y el recorte de la cuarentena ha sido el resultado más allá de unas evidencias científicas que no existen.
Cristóbal Belda, director del Instituto de Salud Carlos III, matizó que los asintomáticos no eran enfermos como tal: "El que tiene síntomas, está enfermo. Por tanto, una persona que está enferma, y que además lo que tiene es una infección que es altamente contagiosa, lo que tiene que hacer es no tener contacto con nadie a quien pueda contagiar".
La realidad es que al final la decisión va a estar en manos de los ciudadanos . En un país sin ningún recurso, las medidas que se adoptan no tienen nada que ver con un país que tiene los test superrápidos, la atención primaria perfecta. En España es casi imposible lograr un test, y más aún que un rastreador controle el estado de nuestro contagio, así que la decisión de lo que se va a hacer queda en manos de los ciudadanos. Y del sentido común. Deben ser los médicos los que den el alta a los pacientes, pero no será fácil con una atención primaria saturada. Todos los expertos consideran que durante los tres días de no cuarentena se extremen las medidas de seguridad igualmente, evitando contactos y usando las mascarillas FFP2, las mejores antes la variante ómicron.
No todos los expertos están de acuerdo con la decisión. Los técnicos no veían claro acortar ahora aislamientos de positivos y cuarentenas de contactos no vacunados. La OMS también ha dado la voz de alarma ante una medida en plena ola de contagios en toda Europa que se ha teñido de rojo. Ómicron predomina, y sí, es más leve, pero Delta no se ha ido y tiene efectos más graves.
Quique Bassat, investigador ICREA en ISGlobal, deja clara su opinión al respecto. El experto señala que no ha visto todavía ningún estudio que diga que a partir del quinto día las personas infectadas con ómicron dejan de ser infecciosas y considera que es la saturación del sistema y la presión social, y profesiones esenciales con demasiadas bajas por lo que se han tomado estas medidas. Si es cierto que dejas de ser infeccioso 2-3 días después de empezar con los síntomas, según la CDC, pero en el caso de los asintomáticos no se sabe.
Juan Antonio Sanz Salanova. de la Sociedad de Mediciana Preventiva cree que hubiera sido mejor esperar a finalizar esta sexta ola porque si la variante es ómicron y delta fuera residual. Pero la explosión de contagios manda y desde hoy quien de positivo, aunque no tenga síntomas, debe aislarse una semana., controlando con test de antígenos hasta dar negativo. Y con mucha prudencia.
Ignacio López Goñi, catedrático de microbiología de la Universidad de Navarra, considera que hasta el décimo día hay que evitar los contactos y evitar sitios concurridos siempre con mascarilla de FFP2.
Con variantes más transmisibles y menos virulentas y la población mayoritariamente inmunizada, hay cierto optimismo. En este sentido Goñi considera que a lo largo de 2022 estemos ante una adaptación entre el virus y nosotros aunque nos siga dando problemas, porque no va a desaparecer, lo cierto es que el número de fallecimientos puede ser menor. Superar pronto al coronavirus, más una esperanza que una certeza científica.