Juan Lobato, el intento de barón crítico que perdió el pulso a Ferraz
Juan Lobato pone fin a su carrera como intento de barón crítico: ha perdido definitivamente su pulso con la dirección nacional del partido
La trayectoria de Lobato ha estado marcada por sus críticas a Isabel Díaz Ayuso y sus reproches con la dirección nacional de su partido
Las reacciones políticas a la dimisión de Juan Lobato como secretario general del PSOE de Madrid
Juan Lobato, quien fuera secretario general del PSOE-M hasta este martes, ha perdido definitivamente su pulso con la dirección nacional del partido y pone fin a su carrera como intento de barón crítico. Asumía su derrota este miércoles tras haber desafiado a Ferraz un día antes, aferrándose al cargo y cargando contra el "linchamiento de su propio partido". La formación se revolvía ante la "traición" y reclamaba aún más su cabeza con el mensaje común de que no podía llegar al Congreso Federal del Sevilla este fin de semana.
Se pone fin a una carrera en la que ha intentado impulsarse por sus críticas tanto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y sus reproches con la dirección nacional de su partido. Lobato se nombraba a sí mismo hace un año senador para que Madrid tuviera "una voz", pero no adelantaba que esta se utilizaría también para cargar contra los temas sensibles que apuntalaban al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Palacio de la Moncloa.
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Aunque no de forma tan rotunda como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el expresidente de Aragón, Javier Lambán, Lobato había expresado sus dudas o matices a cuestiones como la amnistía, la financiación singular a Cataluña o la reforma de la malversación. Un pulso que incrementaba este otoño cuando se sumaba a las críticas de su homólogo de Castilla y León, Javier Tudanca, contra los movimientos de Ferraz para "desestabilizar" a líderes territoriales.
Lobato registró en notaría una conversación con compañeros de partido
Para entonces Lobato ya estaba en el punto de mira de la dirección nacional, especialmente tras las elecciones europeas, cuando Pedro Sánchez ponía la lupa en Madrid por la diferencia entre el PP y los socialistas. Ese verano llegaba también la primera crítica explícita a su figura dentro del seno madrileño: su oponente en 2021, el alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala.
Así como Lobato llegaba en 2021 a la Secretaría General con el apoyo de Ferraz, su relación con la dirección nacional ha marcado también su caída. El fin de semana se conocía que había registrado en notaría unos WhatsApp con un cargo de Moncloa relativos al correo en el que el novio de Ayuso reconocía presuntos delitos fiscales.
Se trataba, precisamente de la jefa de Gabinete del ministro Transformación Digital y Función Pública, Pilar Sánchez Acera, mientras Óscar López sonaba como la apuesta de Ferraz para derrocarle en unas primarias a las que no llegará finalmente.
El socialista no aprovechó la posibilidad de ganarse aliados de cara a Ferraz
Lobato, además, presentaba un ala del PSOE más "centrada" en busca de captar el voto de Ciudadanos que fue al PP en las elecciones de 2021. Un enfoque que le valió las críticas de los municipios del sur y que, a sus ojos, hizo que no aprovechara las crisis de Más Madrid para rascarle votos: ni la salida de la ministra de Sanidad, Mónica García, ni el 'caso Errejón'.
Un perfil de Lobato marcado en la "educación" y el "respeto" en política que pudo haber contribuido a que no pudiera reclamar el foco en una Asamblea de Madrid marcada por la crispación. Sus intervenciones, en la mayoría de ocasiones alejadas de los puntos débiles de Ayuso y su Gobierno y planas para el debate parlamentario, contra una dirigente que se crece en la adversidad hicieron que el socialista pasara prácticamente desapercibido en la Cámara de Vallecas, a no ser que criticara a su propio partido.
Lobato tampoco aprovechaba la posibilidad de ganarse aliados de cara a Ferraz como fue el caso del aterrizaje de la actual portavoz en el Ayuntamiento, Reyes Maroto. Esta relación no se ha caracterizado por la cercanía: fueron contados los actos que compartieron ambos dirigentes en la campaña electoral de mayo de 2023 y desde entonces la tónica ha sido la misma. La discreción de Maroto se quebró esta semana. La edil le reclamaba "explicaciones a la militancia" y la convocatoria de un Comité Ejecutivo regional extraordinario para dar en ese foro las debidas explicaciones. Maroto le lanzaba que había perdido la confianza de la militancia, la misma "que le hizo ser el secretario general de todos los socialistas madrileños".
La federación madrileña vuelve a asomarse a la incertidumbre mientras esperan que Ferraz confirme a Óscar López como el hombre encargado de coser de vuelta al partido y dar un portazo a la 'Era Lobato'.
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