En el video de la comparecencia de Begoña Gómez ante el juez del pasado viernes, observamos diferentes claves de expresión que quedan patentes en la forma en que se desarrollo el acto. En primer lugar, analicemos la vestimenta y la postura de la mujer de Pedro Sánchez en el banquillo. Ir toda vestida de negro para no desviar la atención de los intervinientes en la sesión, nos está descifrando de entrada que hay una estrategia de puesta en escena. Ha elegido ese color porque, según expertos en psicología, puede significar el silencio, la paz y la quietud, pero también la indefensión.
La imagen de Begoña Gómez vestida de color negro es mostrada en la psicología del color como elemento que une emociones y refleja que la persona ataviada así va a intentar convencer con su declaración. El color negro produce seguridad en uno mismo, y en este caso la compareciente está intentando atraer toda la atención con su declaración verbal para no descentrar la atención del juez.
Con respecto a la postura de su cuerpo, primero observamos que está sentada en un extremo del banco y no el centro, que resultaría lo lógica o natural. Estar ahí, casi al borde del banco, significa en el análisis del lenguaje no verbal estar al borde del “abismo” o la indefensión. Las personas tímidas y recelosas suelen sentarse en el borde de los asientos porque es como si flotaran ante una situación adversa o imprevista.
Por otra parte, las manos permanecen prácticamente todo el tiempo unidas sobre las rodillas para darse más fortaleza y ánimo. Las manos cargan la energía del cuerpo para proyectarla al exterior. En las estatuas de buda, hay manos unidas en señal de protección y buscando afectos. Begoña Gómez está practicando el autocontrol a través de las manos que se apoyan firmemente en las rodillas y no se separan para no perder energía.
Los pies también permanecen juntos en perfecta armonía con las manos formando una línea recta a modo de camino, con las piernas juntas como muestra de firmeza en el espacio escénico. Si hubiera cruzado las piernas nos estaría señalando una actitud relajada y confiada. Sin embargo, las piernas y los pies aprietan el suelo con firmeza de manera introvertida.
El rostro está dirigido al frente normalmente. No hay barridos de cara a los lados de la sala. Está estudiado que mirar al frente en estos casos mejora la atención para que no nos delate la imagen por mostrar desconfianza. El cabello suelto de manera informal quiere acompasar la naturalidad que desea transmitir la esposa del presidente del gobierno.
El clímax que se observa en el ambiente es de una tensión envolvente. La iluminación indirecta no beneficia para nada la imagen de la compareciente que queda en lugar oscuro y no muestra bien su rostro, lo que merma sus capacidad de expresión no verbal.
El espacio escénico, con la sobriedad característica, es un marco que, a efectos de sugestión de la persona protagonista del acto, no da pie a la relajación porque desde las paredes hasta el suelo son tremendamente fríos.
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