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El Gobierno de España ha decidido este domingo llamar a consultas 'sine die' a la embajadora en Argentina, María Jesús Alonso, después de que el presidente del país sudamericano, Javier Milei, haya calificado de "corrupta" a Begoña Gómez, mujer del jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez.
Unas palabras, durante un acto de Vox en Madrid, que no han tardado en provocar la reacción del PSOE. Varios ministros socialistas han pedido al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que condene las declaraciones "inaceptables" del mandatario argentino.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, en una declaración institucional desde el Complejo de la Moncloa, también ha exigido "disculpas públicas" por parte de Milei, a quien ha acusado de haber sobrepasado "cualquier tipo de diferencia política e ideológica".
Llamar a consultas a un embajador es un acto diplomático significativo que puede tener varias implicaciones en las relaciones entre los países y puede definirse como un momento de extrema tensión en el que una futura ruptura de relaciones está en el aire. Es lo que ocurrió recientemente con España e Israel.
Según el diccionario panhispánico del español jurídico, una llamada a consultas a un embajador consiste en una orden emitida por el Ministerio de Asuntos Exteriores de un Estado para que su embajador o embajadora en otro país "se persone urgentemente con objeto de informar sobre un determinado asunto y recibir instrucciones particulares".
En este caso, la máxima representante de la diplomacia española en Argentina, María Jesús Alonso, debe regresar a nuestro país de forma inmediata después de haber sido requerida por el Ministerio.
En la comparecencia institucional sin preguntas, Albares ha anunciado que España tomará las "medidas oportunas" para defender su "soberanía y dignidad".
El ministro ha señalado también que las palabras de Milei "no tienen precedentes en la historia de las relaciones internacionales y aún menos en la historia de las relaciones entre dos países y dos pueblos unidos por fuertes lazos de hermandad".
Albares ha lamentado que al mandatario argentino "se le ha recibido en la capital de España de buena fe" y se le ha tratado "con todo el respeto y la deferencia debida", poniéndose a su disposición "los recursos públicos del Estado español necesarios" durante su estancia en el país, pero él ha respondido con "un ataque frontal a nuestra democracia, a nuestras instituciones y a España".
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