La refriega política, de lo personal a lo familiar: las últimas acusaciones, con Begoña Gómez en el foco

La carta de Pedro Sánchez para anunciar que necesita reflexionar sobre si continúa o no en el cargo ha causado un auténtico shock en el panorama político. Publicada justo después de conocerse la apertura de diligencias contra su esposa, Begoña Gómez, por tráfico de influencias, desde el PSOE se habla de una situación “límite” y una campaña de “acoso y derribo” que alcanza lo familiar. No obstante, no es la primera vez que es ella, Begoña, la que está también en el foco de las críticas, ni tampoco la única familiar de un político alcanzada por el interminable intercambio de críticas a un lado y otro.

Ya desde el año 2018 algunos partidos políticos empezaron a cuestionar el papel de la esposa del presidente. Vox, concretamente, se querelló ya entonces contra el presidente por tráfico de influencias y acusó a su mujer de promocionar su carrera usando su posición en La Moncloa; acusaciones recurrentes que se han amentado su dimensión en los últimos meses por el rescate de Air Europa.

Desde que Sánchez es presidente, Begoña Gómez ha recibido múltiples críticas por su carrera profesional. En ese 2018, cunado fichó por el Instituto de Empresa, el PP ya se pronunciaba remarcando en un tuit: “La agencia de colocación ‘Pedro Sánchez, presidente del Gobierno’, ha traspasado los límites de Ferraz para colocar a su mujer, Begoña Gómez”.

Mientras, desde Ciudadanos pedían: “Que el señor Sánchez dé explicaciones en la Moncloa”.

Begoña Gómez y el estallido del 'caso Koldo'

Desde entonces a estos días, era el 29 de febrero de 2024 cuando El Confidencial sacaba la noticia de los contactos de Begoña Gómez con el comisionista del ‘caso Koldo’, Víctor Aldama, y el consejero delegado de Globalia, Javier Hidalgo, para presentarle negocios, y Alberto Núñez Feijóo se hacía eco, sin nombrarla, preguntando: ¿Qué responsabilidad tiene?

De nombrarla directamente se encargaría su portavoz en el Congreso de los Diputados, Miguel Tellado, y tras ello el Gobierno contratacaría… con la mujer de Feijóo, información que saca Infolibre.

“¿Es verdad que la mujer del señor Feijóo fue contratada, recibió una ayuda su empresa por la Xunta?”, llegó a cuestionar María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda. La información fue desmentida por el medio, pero el Gobierno no rectificó.

El siguiente gran enfrentamiento en el que la refriega política prosiguió extendiéndose en ese camino llegaba hace dos días, el miércoles 24, cuando un juez, Juan Carlos Peinado, titular del Juzgado de Instrucción número 41 de Plaza de Castilla, abría diligencias contra Begoña Gómez por tráfico de influencias.

Entonces, Pedro Sánchez llegó a la sesión de control en el Congreso de los Diputados sabiendo lo que ya todos sabíamos. Feijóo no sacó el tema, pero Gabriel Rufián le dio pie: “¿Cree usted en la Justicia?”, le preguntaba. A ello el presidente contestaba: “En un día como hoy, y después de las noticias que he conocido, a pesar de todo, sigo creyendo en la Justicia”.

Sánchez mostraba así su disgusto, mientras le líder de la oposición explicaba más tarde por qué no dijo nada: “A mí no me gusta este tipo de política”, decía Feijóo. No obstante, su secretaria, horas antes, señalaba: “Tenemos a su suegro, que se enriquece con esas saunas; tenemos a su padre, que se enriquece con fondos next generation; a su hermano, que se muda Portugal para no pagar impuestos; y escándalos en torno a su mujer”.

A última hora de esa misma tarde, el presidente, a través de la citada carta, informaba de su retirada durante cinco días: “Necesito parar y reflexionar”.

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