Tras una noche cargada de tensión y disturbios en Ferraz por las protestas contra el Gobierno de Pedro Sánchez y la amnistía, que dejó siete detenidos y una treintena de policías heridos junto a la sede del PSOE, hoy continúan sucediéndose las reacciones a lo ocurrido.
“No esperamos nada de quienes por acción u omisión apoyan el asedio a las casas del pueblo socialistas. Su silencio les retrata. El avance social y la convivencia merecen la pena. No quebrarán al PSOE”, escribía en plena noche Pedro Sánchez a través de ‘X’, señalando a quienes apoyan hechos como los que tuvieron lugar este 7 de noviembre junto a la sede de su partido.
En la calle Ferraz se produjo una multitudinaria concentración que, si bien empezó de forma controlada, poco a poco fue derivando en algo muy diferente, dando paso a episodios violentos con algunos grupos lanzando piedras y trozos de adoquines, rompiendo vallas y material de la vía pública, quemando algunos contenedores y enfrentándose a la policía.
Entre una gran cantidad de banderas de España, allí se vio también alguna preconstitucional y se escucharon igualmente gritos de ‘viva Franco’. Minoritarios, pero existentes. Entre los manifestantes había organizaciones ultras que pronto se situaron en la cabeza de la movilización para dinamitarla, cambiando el cariz de una protesta que muchos, sin embargo, estaban emprendiendo de forma pacífica.
En las primeras filas de la concentración, con altavoz y tambores, animando las consignas en las manifestaciones que ellos mismos convocan, estaban los miembros de la organización juvenil de ultraderecha ‘Revuelta’, impulsada por Vox. Líderes de ese partido, como Juan García-Gallardo, vicepresidente del Gobierno castellanoleonés, se situaron junto a ellos coreando las consignas, algunas de ellas dirigidas incluso contra la Policía.
Más atrás, en un segundo plano, estuvo el propio Santiago Abascal, líder de Vox, que aseguró que seguirá apoyando las protestas y responsabilizó al ministro de Interior de la violencia. Cuando comenzaron los incidentes, todos se alejaron, y ese lugar lo ocuparon otros jóvenes, algunos embozados, que trataron de romper el cordón policial. Se enfrentaron a los agentes, volcaron contenedores y dispararon la tensión.
En el lugar se incautaron palos y barras extensibles, efectuándose diversas detenciones, y entre ellas la de un ex guardia civil que integró una lista de Vox por Ávila. Asociaciones policiales como Jupol admiten los ataques a los agentes, pero a la vez acusan a Interior de dar la orden política de cargar. El responsable de esta Cartera, Fernando Grande-Marlaska ha contestado al paso de esas palabras: “No obedecen ningún criterio político, obedecen criterios operativos”.
Santiago Abascal fue más allá y pidió a los policías desobedecer a sus superiores: “Pedimos a los servidores públicos que no obedezcan órdenes ilegales”.
Mientras, en el otro lado de la oposición, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha querido desmarcarse de la violencia, aunque sin condenarla explícitamente. De ello se ha encargado la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, quien sí lo ha hecho.
“El malestar social es responsabilidad de Pedro Sánchez, pero las protestas deben partir del respeto y ejemplaridad que faltó siempre al PSOE y sus socios. No somos como ellos. Ni como la minoría que actúa igual. Nos vemos el domingo 12 a las 12 en las plazas de toda España”, escribía Feijóo, mientras Cuca Gamarra, también a través de la red social ‘X’, señalaba: “Ante el malestar social por las cesiones que planea Sánchez, la oposición a la amnistía solo cabe por vías pacíficas y democráticas”.
“Así lo haremos el domingo a las 12. Nada justifica la violencia que se ha vivido hoy por parte de una minoría. Mi rotunda condena”, zanjaba en un tuit publicado la pasada noche.
El Partido Popular asegura que el ministro de Interior tiene que dar explicaciones en el Congreso por la actuación policial.