Como primera en la línea de sucesión, la princesa Leonor ya debería estar preparada para sustituir a su padre como Jefa de Estado. Dado que hasta ahora era menor de edad, en el caso hipotético de que el rey Felipe VI hubiese faltado le habría tocado a la consorte, la reina Letizia, ejercer de regente hasta que su primogénita cumpliese 18 años. Con este plazo superado, la heredera al trono (ya de forma legal) tiene por delante el importante reto de estar lista para ocupar la cabeza de la institución.
Su jura de la Constitución ante el Congreso, el Senado y las más altas autoridades del Estado es un símbolo del cambio real que implica para Leonor haber superado la barrera de la mayoría de edad. "Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y fidelidad al rey", leerá en esta sesión solemne en el Hemiciclo. Desentrañamos qué implica este juramento en el futuro más inmediato de la princesa de Asturias.
El primer paso ya lo ha dado. Su recién iniciada formación militar en la Academia de Zaragoza es parte de su preparación para, en un futuro, cuando llegue la hora de reinar, ostentar el mando supremo de las Fuerzas Armadas. Aunque esta no es la única función para la que tendrá que entrenarse de ahora en adelante, ni mucho menos.
Sancionar y promulgar las leyes, convocar y disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos en la Constitución, convocar a referéndum en los casos previstos en la Constitución, proponer el candidato a Presidente del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución, nombrar y separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su Presidente, expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros, conferir los empleos civiles y militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes, ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones del Consejo de Ministros, cuando lo estime oportuno, a petición del Presidente del Gobierno, ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales u ocupar el Alto Patronazgo de las Reales Academias son las tareas que corresponden a un rey (en su caso reina) según la Carta Magna. Y hay más.
Uno de los puntos fuertes de la Corona es su labor institucional. Representar a España en el extranjero, dar a conocer su marca, es una de las principales labores tanto del rey Felipe VI como de la reina Letizia. Algo que a partir de ahora también tendrá que ejecutar la princesa de Asturias.
En un medio plazo empezaremos a ver a la joven representar a su padre en actos y celebraciones que precisen de la presencia de Casa Real, incluyendo visitas de Estado. Incluso está previsto que se desarrolle una cuidada 'presentación oficial' de la heredera a través de viajes oficiales.
Hasta hoy eran contadas las ocasiones en las que veíamos a la princesa Leonor presidiendo un acto sin la presencia de sus padres. El primero tuvo lugar en marzo de 2021, cuando acudió junto a su hermana, la infanta Sofía, a la celebración del 30º aniversario del Instituto Cervantes. Desde entonces, la pandemia, sus dos años de formación en el UWC Atlantic College de Gales y su actual incursión en el Ejército de Tierra han impedido que la joven cuente con citas de este tipo en su agenda oficial. Algo que cambiará.
El hecho de que el año que viene sea ella la única encargada de presidir los Premios Princesa de Asturias es solo un ejemplo de los muchos actos en los que veremos a Leonor de Borbón representando a la Corona en solitario. Una forma de demostrar su creciente papel dentro de la institución y de incrustar en el imaginario popular su valía para suceder al Jefe del Estado.
Estas obligaciones vendrán de la mano de un sueldo. Aunque Zarzuela todavía no ha hecho público el cambio que supondrá en el reparto de sus presupuestos la mayoría de edad de la princesa, llegará un día en el que se reconozcan sus labores con una asignación.
En 2022, de los 8,43 millones de euros que recibió Casa Real de las arcas públicas, los miembros de la familia real se repartieron un total de 517.854 euros. De esa cifra, el rey Felipe VI cobró 258.927 euros, la reina Letizia percibió 142.402 y la reina emérita, que continúa representando a la Corona a pesar de la abdicación de su esposo, 116.525. Con su hermana, la infanta Sofía, sucederá lo mismo, al igual que pasó con las infantas Elena y Cristina cuando sus padres eran reyes.
Aunque sus últimas intervenciones públicas han desatado una especie de 'Leonormanía' y casi todo son halagos sobre el papel que está ejerciendo la princesa, esta imagen pública puede cambiar. La historia así lo ha demostrado con prácticamente todos los miembros de una familia real cada vez más menguante. Y la heredera deberá estar preparada para que esto también pase con ella. La posibilidad de que cualquier español pueda criticar su figura es una realidad con la que tendrá que convivir a partir de ahora, ya que ser menor de edad le había concedido un halo de protección con el que va a dejar de contar.
Queda poco para que la situación sentimental de la princesa de Asturias pase a ser motivo de debate nacional. Muchos recordarán lo que sucedió con Eva Sannum o Isabel Sartorius antes de que el entonces príncipe Felipe comunicase que Letizia Ortiz era la escogida. Su decisión de que una periodista se convirtiese en la futura (ya presente) reina de España fue un golpe en la mesa "por amor" ante una institución reticente a este salto de modernidad.
Con la princesa Leonor, visto lo que hizo su padre, pasará lo mismo. Algo que no quita que, aunque los reyes estén dispuestos a permitirle elegir su compañero o compañera de vida con libertad, sean la ciudadanía, la prensa rosa y demás opinadores los que ejerzan de jueces una vez se empiece a saber más sobre la vida personal de la princesa.
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