Es la campaña más rara de la historia de la democracia. Donde los periodistas son fiscalizados, en vez de ser los fiscalizadores, donde los platós han tomado el lugar de los mítines, donde las fake news centran el debate y donde un presidente cree que su gran reto es limpiar su imagen ante lo que considera un Sanchismo plagado de mentiras. Una campaña plaga de lonas con duros eslóganes. No le falta razón a Pedro Sánchez en que estamos ante una campaña convertida en plebiscito tras los resultados de las municipales y llevada de forma personalista que no ha escapado al populismo que nos invade. Una campaña donde las redes sociales mantienen a cada uno en su burbuja y donde los extremos se hacen fuertes. ¿Cómo va a influir todo esto en el voto del 23J, quién va a ser el partido más perjudicado?
Javier Martín Merchán, politólogo y profesor de la Universidad Pontificias Comillas analiza para Informativos Telecinco esta realidad y su impacto en el 23J.
No parece que hayamos visto ninguna campaña tan centrada en los periodistas, las fake news, tan populista en todos los sentidos como esta que precede al 23J.
Se está fiscalizando más al periodismo que a los políticos. Es una táctica populista y trumpista, pero no es nueva ya se hacía en Latinoamérica en el siglo XX. Se pone el foco en las fake news y se identifica a los medios como un problema.
Estamos en un nuevo contexto marcado por la revolución digital donde todo el mundo vive en su burbuja de opinión y no quiere salir de ella. Ahora todo el mundo puede crear contenidos, pero se pierde en el camino la evaluación profesional, el rigor. Cada cual va a su burbuja y se retroalimenta con su propia cosmovisión del mundo. Así atacamos a los que no son de los nuestros o nos aislamos con los que defienden nuestras ideas.
Y cómo va a influir esta campaña tan peculiar en los resultados? ¿A quién beneficia y perjudica más de cara al 23J?
No hay evidencias en ese sentido pero sí en cuanto al impacto en la abstención. En este contexto de desafección política y pérdida de confianza en las instituciones habrá más abstención. Porque no hay que olvida que el objetivo de las fake news no es engañar sino que no se sepa realmente lo que es verdad o mentira y eso genera un estrés. Y teniendo en cuenta este contexto y el tono de plebiscito y la corriente antisanchista esa abstención va a afectar más al PSOE al que perjudica esta campaña de fake news.
Dicen que Sánchez se rebeló en el debate pero debería hacerlo con sus asesores de campaña. Si el PSOE gana las elecciones será a pesar de su campaña no por ella, es más la campaña de Sánchez que del PSOE, y eso lo demuestra la apuesta por ir a los medios menos afines a excusarse. Y ya lo dice el refrán. Excusatio non petita, accusatio manifesta. Ha entrado en el marco del rival porque a quien más beneficia esta táctica es a Vox y a la derecha. Hablar del Falcon, de Que te vote Txapote es hacerle la campaña al rival.
¿Y la campaña del PP?
El PSOE ha presentado una denuncia ante la Junta Electoral Central contra Alberto Núñez Feijóo en la que le acusa de utilizar la imagen de La Moncloa en la presentación de su programa electoral para dar la impresión de presidenciable. ¡Justo lo que él quiere! Mostrarse así, sosegado, tranquilo, que maneja los tiempos y ante esta ola proderecha creo que cualquier líder del PP podría ganar.
¿Qué partido maneja mejor las redes para influir en el voto?
En Tik Tok o Instragram son Sumar y Vox los que lideran porque ya sabemos que los jóvenes apuestan por la novedad y menos por unos partidos clásicos que tampoco les tienen entre sus votantes fieles por su volatilidad, porque son menos participativos, y porque al final las propuestas que van dirigidas a ellos son más dentro de los partidos nuevos como Sumar. En facebook, más avejentada, hay más equilibrio.
¿Hacia dónde se encaminan las campañas del futuro?
Creo que vivimos un período de deslegitimación de periodistas, donde las noticias contrastadas son menos importantes que nuestra propia burbuja, donde cada vez es más complicado tener un punto de vista compartido, donde cada uno parte de las propuestas propias, con nuestros propios códigos de legitimidad, realidad e información.