Feijóo trata de zafarse del lío de los pactos con Vox poniendo el foco de nuevo en "echar a Sánchez"

  • El líder del PP asume que el "ruido" de los pactos con Vox puede tener efecto entre su electorado pero confía en que "baje" para el 23J

  • Feijóo, el valenciano Mazón y la extremeña Guardiola coinciden bajo el mismo echo en la toma de posesión de Ayuso en su tercer mandato como presidenta de la Comunidad de Madrid

  • El PP cede la presidencia de las Cortes de Aragón a una diputada de Vox machista, negacionista de las vacunas y del cambio climático y xenófoba

A un mes de las elecciones generales en las que Alberto Núñez Feijóo se juega su futuro político, el Partido Popular sigue sin encontrar una salida a la ratonera de los pactos con Vox en la se han enredado. Dos semanas a vueltas con lo mismo. Primero por meter a Vox en el Gobierno de la Generalitat Valenciana a la velocidad del rayo comiéndose todo el pack: un vicepresidente torero que llevará Cultura y buena parte de la agenda ideológica. Después imponerles un veto ideológico en Extremadura por parte de su candidata María Guardiola y a continuación esgrimir la coartada de los porcentajes y las "matemáticas aplicadas" en el caso de Génova.

"Cada tierra es cada tierra. Me critican por pactar y por no pactar", ironizaba Feijóo cuando ayer le preguntaban por la contradicción interna que agita las aguas de su partido tras la toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid esta vez por mayoría absoluta.

La pregunta le lleva persiguiendo desde hace días: ¿Cuál es su modelo? ¿el de Extremadura o el de Valencia? El gallego se aferra al voto útil y la ya mítica "mayoría suficiente" para librarse de la pesada mochila de los pactos con Vox mientras le pide a "todos los españoles" que cojan su papeleta para echar al sanchismo. "Le pido a todos los españoles que quieran cambiar al sanchismo, al populismo y al independentismo que me den un mandato". Ese es el marco al que quiere volver. A la campaña de Bildu y de los violadores que ven disminuidas sus penas por la ley del 'sólo sí es sí' que tan bien les funcionó hace sólo 25 días.

El votante cuando baje el ruido lo verá de otra manera (Alberto Núñez Feijóo)

De momento el líder del PP espera que se "reduzca" el ruido aunque asume que el lío de Vox puede afectar a sus votantes. A los de la izquierda moderada que se fugaron del PSOE al PP y a los que les espantan unos pactos que meten a homófobos y negacionistas de la violencia machista y del cambio climático en las presidencias de los parlamentos regionales, en gobiernos autonómicos y en ayuntamientos. Pero también puede resentirse el votante de Vox en el que había calado el mensaje del voto útil y ahora se siente humillado por la extremeña María Guardiola y su discurso tan duro. Aun así Alberto Núñez Feijóo confía en que el ruido "baje" para el 23J. En cuanto se despejen los distintos escenarios en Extremadura, Murcia, Baleares y Aragón.

"El votante cuando baje el ruido lo verá de otra manera", decía esperanzado durante una conversación informal con periodistas en la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. El plan pasa ahora por evitar a toda costa gobiernos del PP con Vox salvo el que considera acuerdo "inevitable" de Valencia. Es el único que se podrá achacar a la era Feijóo. O eso esperan. De momento los de Abascal parecen que han bajado el pistón de las exigencias en Baleares y Aragón.

Los tres, Feijóo, Mazón y Guardiola coincidieron ayer bajo el mismo techo de la Real Casa de Correos de Madrid para asistir a la toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso con la que se hicieron fotos como si de un talismán de la buena fortuna se tratara. Mazón y Guardiola, los protagonistas, a los que apuntaban todos los focos, han guardado silencio y no han querido hacer declaraciones a los periodistas.

Fuentes de su entorno han defendido sus respectivas posiciones. En Extremadura argumentan que Guardiola está haciendo lo mejor para su región y aguantará las críticas sin moverse de una posición coherente con lo prometido en campaña. 

En la Comunidad Valenciana destacan por su parte el deseo de cambio de la ciudadanía, harta de Ximo Puig, defienden el veto al candidato de Vox que fue condenado en 2002 por violencia machista y recalcan que su coalición con los de Abascal no les castiga de cara al 23J, donde esperan doblar sus resultados respecto a 2019. 

Salir del laberinto de los pactos con Vox

Ese es el objetivo. Minimizar los pactos con Vox. En Génova no paran de mirar con lupa los 'tracking' electorales para hacer un balance de daños e intentan virar la campaña electoral hacia el marco de "derogar el sanchismo" y los pactos con Bildu y Esquerra. "Los socios del Gobierno han hablado con claridad: Bildu y Sumar no ocultan sus ansias de referéndum en Euskadi y en Cataluña. Es más necesario que nunca un cambio político, que asegure un Gobierno sólido y fuerte que solo obedezca al mandato de las urnas", proclama el propio Feijóo en su propósito de desprenderse de la mochila tóxica de Vox.

Muy a su pesar los primeros compases de la campaña electoral giran en torno a un enredo que no les va nada bien y que no esperaban. Igual que a Sánchez le estalló en las manos las listas con etarras de Bildu en las pasadas elecciones autonómicas y municipales con efectos desastrosos, Feijóo se ha metido un gol en propia puerta dejando a sus barones pactar con "libertad" sus Gobiernos autonómicos. Ahora trata de buscar refugio tras las sombrillas playeras de su último videoclip electoral mientras en el partido tararean la melodía de 'Verano azul' a la espera de que escampe pero el calendario y las tormentas de verano se imponen.

La estrategia era dormir los pactos hasta después del 23J. Se acordó en una comida con los barones territoriales en Génova 48 horas después de ganar con contundencias las elecciones autonómicas y municipales pero las prisas de Carlos Mazón en Valencia desbarataron el plan. Luego vinieron los pactos en más de un centenar de ayuntamientos cediendo las concejalías más sensibles al ideario de la extrema derecha y fumigando las áreas de Igualdad de muchos consistorios.

Lo último ceder las presidencias de los parlamentos autonómicos a Vox que no han dudado en ocuparlas con perfiles tóxicos en Baleares y ayer en Aragón. Personajes homófobos y xenófobos, negacionistas del cambio climático, de las vacunas y de la violencia machista y que en el caso de nueva presidenta de las Cortes aragonesas, Marta Fernández, decía cosas como que la ministra Irene Montero "sólo sabe arrodillarse para medrar". Ayer borró sus tuits y su Instagram para intentar que no quedara constancia de sus mensajes radicales pero muchos internautas los sacaron a la luz.

Aquí no se acaba la pesadilla para el PP y para Feijóo. Aunque se intenten dejar para después del 23 las investiduras, aún queda constituir Les Corts valencianas este lunes que viene y la presidencia también es para Vox.