En el Partido Popular siguen hechos un lío respecto a cómo afrontar su relación con Vox. Una pareja a la que ya no se quiere pero de la que es complicado separarse porque aún se la necesita para pagar el alquiler de los gobiernos. En polos opuestos dos baronesas populares. Isabel Díaz Ayuso y María Guardiola. El yin y el yan del PP.
En el flanco derecho la madrileña Ayuso ayer tendía la mano a la formación de Santiago Abascal. Eso después de haberse negado en la pasada legislatura a meterles en su Gobierno, después de enfrentarse con ellos por los 'menas' (los menores inmigrantes no acompañados) y después de no plegarse a sus exigencias aunque le costara no aprobar los presupuestos. "Yo no voy a estar en clave electoral a nivel nacional para saber qué pactos hay que hacer o que no hay que hacer. Yo lo que tengo claro es que este país necesita un cambio, que tenemos que estar a la altura, que para eso, desde luego, van a tener nuestra mano tendida", le decía ayer a la líder de la extrema derecha en Madrid, Rocío Monasterio. Este jueves fue investida presidenta de la Comunidad de Madrid por tercera vez. Con los votos del PP y con la abstención gratis de Vox aunque ahora no los necesita porque disfruta de una cómoda mayoría absoluta.
En el flanco izquierdo Marías Guardiola, la baronesa roja del PP (con permiso de José Antonio Monago que en su día ostentó el mismo título). Guardiola le ha cerrado la puerta a la extrema derecha envuelta en la bandera de la lucha contra la violencia machista, los derechos LGTBI y de los inmigrantes y aboca a Extremadura a una repetición electoral a mediados de noviembre. Ella como Ayuso, se niega a meterles en el Gobierno de la Junta de Extremadura.
En el justo medio Génova que sigue cabalgando la contradicción de pactar con Vox en Valencia y negarles el pan y la sal en Extremadura. Ahora escudados en que son "un partido transversal" que aplica las "matemáticas de Estado" . Esto es, la versión popular de las "matemáticas para progres" que hace tiempo acuñó el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros. "No significa que tengamos sólo un criterio. Hablar con todos no significa tragar con todo. El PP es un partido transversal que aplicamos las matemáticas de Estado", justificaba ayer el número tres del PP, Elías Bendodo, jugando a rey Salomón.
Los populares lidian con su contradicción interna en la que están sumidos mientras insisten en que sus pactos con Vox no suponen ningún retroceso en derechos de las mujeres o del colectivo LGTBI, o la negación de la violencia machista. "Nosotros no vamos a ceder el poder a cualquier precio. Estos son los principios inamovibles. Seríamos Sánchez pero al revés", defendía ayer su portavoz Borja Sémper, descalzo sobre una playa de pega en Madrid donde ha presentado la campaña electoral 'Verano azul' de su partido.
La candidata popular insiste en argumentos ideológicos para no gobernar con Vox en Extremadura mientras su partido esgrime números y porcentajes. A pesar de esos reparos ideológicos María Guardiola ofreció a los negociadores de Abascal presidir la Asamblea y un acuerdo programático a cambio de apoyar su gobierno en solitario. Según la versión del Partido Popular el pacto estaba casi cerrado hasta que desde Madrid se decidió "boicotear".
"Había posibilidades de acuerdo", confirman a NIUS desde Génova. "Ofrecimos la presidencia de la Asamblea, un cargo más en la Mesa de la Cámara y un senador. No es que no ofreciéramos nada a Vox", insisten esas mismas fuentes que sitúan la línea roja en que los de Abascal no ocuparan consejerías después del pacto cuestionable de Valencia en el que se asume parte de la agenda ideológica de la extrema derecha.
El acuerdo que el PP ofrece en Extremadura no le resulta suficiente a la dirección nacional de Vox que después de Valencia ha subido el precio. Según los populares, los de Abascal deciden boicotearlo horas antes de que se constituyan las Cortes extremeñas. Ese martes se planta el vicepresidente Vox, Jorge Buxadé, "para quemar aquello" en palabras de un miembro de la dirección popular. Así que toca defender a la 'reina' Guardiola.
"¿Qué íbamos a hacer? Defenderla", explica ese mismo dirigente. En la dirección nacional cierran filas con María Guardiola. Asumen ya que habrá que repetir elecciones en Extremadura pero están dispuestos a aguantar el pulso por lo menos hasta el 23J. "Si el planteamiento de Vox es bloquear investiduras del PP y bloquear cambios de Gobierno de izquierdas nos veremos en julio y más adelante", dicen retadores desde el entorno de Alberto Núñez Feijóo.
Claro que no todos dentro del Partido Popular está por la labor de arropar a Guardiola y no esconden que la actitud de la extremeña con Vox no les gusta nada. Es es el caso de Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid y 'ayuser' con carné. En el programa 'Todo es Mentira' de Cuatro se refería a ella como "esta señora Guardiola" dejando claro que no es santa de su devoción. Además de aclarar su relación con Vox a Feijóo también le va a tocar lidiar con el sector más a la derecha de su partido. Todo sea por la transversalidad.