La candidata del PP María Guardiola le ha plantado cara a Vox en Extremadura y se mantiene firme en no meter a los de Abascal en el Gobierno y "si hay que ir a elecciones se va". Génova respalda el órdago aunque eso signifique repetir elecciones en esa comunidad autónoma. Un escenario posible que están dispuestos a asumir con la tranquilidad que da no celebrarlas hasta mucho después de las generales del 23 de julio. "No tenemos que someter nuestro criterio al de una minoría política", cuentan a NIUS desde el entorno de Alberto Núñez Feijóo cerrando filas con la extremeña a la que califican de "valiente" y dando luz verde a poner otra vez unas urnas en Extremadura si se da el caso.
Guardiola le ha declarado la guerra total a la formación de Santiago Abascal enarbolando la bandera de la lucha contra la violencia machista, los derechos LGTBI y de los inmigrantes. "Yo no puedo dejar entra en el Gobierno a los que niegan la violencia machista , deshumanizan a los inmigrantes y quienes despliegan una lona y tiran a la papelera la bandera LGTBI", decía ayer. Todo un ataque frontal que ha hecho saltar por los aires los frágiles puentes entre PP y Vox y que no deja margen a un futuro entendimiento mientras el partido de Santiago Abascal siga exigiendo entrar en la Junta de Extremadura para hacer realidad su batalla cultural.
Esa jugada arriesgada a un mes de las elecciones generales permite a su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, "reorzarse" en el centro tras unos pactos que meten a Vox en el Consell de la Generalitat Valenciana asumiendo su agenda ideológica; que en Baleares tragan con un presidente del Parlament xenófobo y antivacunas que asegura que las mujeres "son más beligerantes porque no tienen pene", y que en más de un centenar de ayuntamientos se fulminan las concejalías de Igualdad a la velocidad del rayo. Un lastre que embarra un camino hacia La Moncloa que pretendía no desviarse de la centralidad para intentar seducir a los votantes de centro izquierda claves para cimentar esa "mayoría suficiente" que tanto ansía.
¿Dónde está el PP de Feijóo? ¿Más cerca de la extremeña Guardiola que recoge la bandera de la lucha contra la violencia de género o del valenciano Carlos Mazón que traga con el término "violencia intrafamiliar"? En Génova prefieren cabalgar la contradicción blandiendo la 'geometría variable' y evitando de paso dejar al pie de los caballos al barón valenciano que sí ha comprado buena parte de la agenda ideológica de Vox.
"Respaldamos a todos nuestros presidentes y las negociaciones las tienen que llevar ellos. Es la semana en la que hemos pactado con Vox en Valencia, con el PRC en Cantabria, con el PSC en Barcelona, con el PSE en Vitoria, con Coalición Canaria en Canarias. Donde hemos complicado las relaciones con Vox en Extremadura y en Murcia. La situación es de asimetría y así tratamos cada acuerdo", responden en Génova recordando que el Partido Popular es el único que puede dar sus votos gratis a los socialistas para que gobiernen en Barcelona y a la vez pactar con los de Abascal en Valencia cuidando a la vez los flancos izquierdo y derecho.
El giro de guion de la extremeña María Guardiola a juicio de los fontaneros de Génova, 13 tiene tres virtudes que les da aire. Facilita a Feijóo apuntalar su imagen de líder transversal que ha superado los bloques y juega a todas las bandas. "El pacto de Carlos en Valencia nos permitía arrebatarle un gobierno a la izquierda y sacábamos a Compromís. El de Fernando (Murcia) evidencia que no vamos a tragar con todo. El de María muestra voluntad de no dejarnos imponer relatos por parte de nadie. Cada movimiento tiene una lectura política", cuentan colaboradores próximos al gallego.
Amarra a su papeleta el voto útil para desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa de cara a las elecciones generales. Igual que ocurrió hace un año en Andalucía y hace unas semanas con las mayorías absolutas de Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida. "Hoy Vox ha cometido un error", sentencian las fuentes consultadas. Explican que tras la maniobra en Extremadura que ha dado la presidencia y el control del Parlamento regional al PSOE, el electorado de Vox se dará cuenta de que Abascal no puede garantizarles 'echar a Sánchez' y que los votantes socialistas percibirán que Feijóo "no dará todo con tal de gobernar".
La tercera 'virtud' del choque total en Extremadura: desmonta el discurso del PSOE de asimilar a Feijóo con Vox sobre el que Sánchez ha construido buena parte de su campaña electoral y diluye los efectos negativos del pacto con los de Abascal en Valencia. Justo a la misma hora que Guardiola rompía con Vox envuelta en la bandera de la lucha contra la violencia machista, Feijóo apoyaba una de las demandas históricas del feminismo clásico para legislar contra la trata de mujeres y niños y obtenía el respaldo expreso de Amelia Valcárcel, una histórica feminista de izquierdas.
Extremadura se asoma al abismo de la repetición electoral mientras PP y Vox ultiman sus relatos y se cruzan reproches. Saben que los electores castigan en las urnas a quien perciben como responsable de unos nuevos comicios. Vox tira de clásicos: echan la culpa a Feijóo, asimilan a Guardiola con Guillermo Fernández Vara y con el PSOE en montajes de vídeo que distribuye en las redes sociales mientras su vicepresidente Joge Buxadé, desplazado a Mérida para monitorizar las negociaciones con los populares, asegura que "hay tiempo" para pactar "sin regalos ni chantajes".
"Seguimos con la mano tendida y creemos que hay tiempo suficiente para seguir negociando, establecer las políticas y el cambio radical de políticas que necesita Extremadura y un gobierno que sea capaz y responsable para ejecutar esas políticas", afirmaba el hombre de confianza de Abascal que ha dirigido con mano de hierro la negociación en Extremadura.
Valencia ha envalentonado a Vox y venidos arriba han elevado el precio de su apoyo al PP solo que Génova no está dispuesta a pagar en todos los sitios lo mismo. "La capacidad de Vox de pedir no es la misma en cada sitio y nuestra disposición para dar tampoco". Hacen valer que ellos tienen 28 diputados y los de Abascal sólo cinco mientras calculan que al único que puede perjudicar una repetición electoral es a Vox.
"No creemos que María vaya a perder ningún voto con este movimiento. Igual el electorado del PSOE que no conocía a María ahora la votarían aún mas. Y un electorado de Vox que puede estar frustrado porque su partido esté complicando un cambio de gobierno en un territorio de izquierdas también puede decantarse por ella", explican esperando acontecimientos.