El pacto entre el PP y Vox para gobernar en la Comunidad Valenciana ha puesto en la primera línea de la batalla electoral para el 23J la violencia de género. El documento firmado entre los dos partidos de la derecha habla de "violencia intrafamiliar", el concepto que siempre ha defendido el partido de Santiago Abascal. Además el número dos de la formación en ese territorio negó abiertamente la existencia de la violencia de género. El asunto es de la máxima sensibilidad social y los líderes de los tres principales partidos en España, PSOE, PP y Vox, han fijado en las últimas horas su terreno de juego.
Las posiciones maximalistas de Vox -con el PP valenciano asumiendo su lenguaje- han incomodado a Alberto Núñez Feijóo que lleva días aprovechando cualquier acto público para dejar claro que la violencia de género sí existe y no piensa dar ningún paso atrás en esta materia si llega al Palacio de La Moncloa. La izquierda aprovecha para arremeter contra el "cinismo" del líder popular y para identificarle con Vox, aunque Pedro Sánchez sigue arrastrando el desgaste de la ley del 'solo sí es sí' y marca distancias con su ministra de Igualdad, Irene Montero. Este lunes, en una entrevista en Onda Cero, admitió que ha habido "retrocesos" durante su mandato por los discursos feministas de "confrontación y no de integración", en referencia a Podemos.
Y a todo esto, Santiago Abascal, en otra entrevista en 'El Programa de AR' de Telecinco, se reafirmó y denunció que no acepta el concepto de violencia de género porque es "ideológico". Su partido ha hecho público un documento con doce puntos sobre el asunto que será la guía en todas las negociaciones entre Vox y el PP para conformar gobiernos. Un aviso muy claro a Génova.
De fondo está la pelea por el voto femenino, un voto crucial el 23 de julio porque moverse de un partido a otro y ser determinante a la hora de establecer la correlación de fuerzas. El PSOE siempre ha presumido de ser el partido feminista de España y tradicionalmente ha tenido mejores resultados electorales entre las mujeres, pero las más de mil rebajas de condenas por la aplicación de ley del 'solo sí es sí' le ha pasado factura.
En el último barómetro del CIS, en voto directo había prácticamente un empate entre el PSOE (21,5%) y el PP (21,6%), una décima por encima para los populares. Cuando se miran los datos por grupos de población, los socialistas son los que reciben más porcentaje de voto femenino -3 puntos más que entre los hombres-, el PP de Feijóo obtiene datos similares entre hombres y mujeres y Vox es la formación donde hay más diferencias con un apoyo entre el electorado femenino muy inferior respecto al masculino.
El presidente del Gobierno, que lleva dos días concediendo entrevistas y seguirá en la misma línea esta semana en la nueva estrategia diseñada por Ferraz y Moncloa, tomó distancias con las políticas de Irene Montero consciente de que es un asunto que le puede hacer daño electoralmente. Sánchez criticó el discurso feminista de la dirigente de Podemos basado en la confrontación.
Admitió que tiene "amigos" que se han sentido en algunas ocasiones "incómodos" con algunos de esos relatos. El presidente fue explícito: "Hay una impresión de que hay ciudadanos, hombres de entre 40 y 50 años, que han visto, en algunas ocasiones, no tanto las políticas, como el conflicto y algunos discursos han sido incómodos hacia ellos", dijo con Carlos Alsina.
En ningún momento el jefe del Ejecutivo quiso aclarar si se sentía orgulloso de la gestión de Montero pero reconoció abiertamente discrepancias "públicas y notorias" por la ley del 'solo sí es sí", el tema que más división ha generado dentro de la coalición. Volvió a asumir en primera persona el error pero justificó que intentó "persuadir" a la ministra de la urgencia de cambiar la ley y después de intentarlo "por todos los medios" dio la orden al grupo socialista para reformarla. En aquel momento, el goteo de decisiones judiciales supuso una sangría para todo el Gobierno.
En cualquier caso, la lucha contra la violencia de género es un eje primordial para el PSOE. Sánchez defenderá que en esta legislatura se han producido avances porque su Gobierno ha implementado una agenda feminista que va más allá de los 320 millones destinados al Pacto contra la Violencia de Género. En Moncloa reivindican que todas las grandes medidas puestas en marcha como la subida del salario mínimo interprofesional, la reforma laboral o la subida de las pensiones han beneficiado mayoritariamente a las mujeres.
Alberto Núñez Feijóo también ha situado la lucha por la igualdad y contra la violencia de género en su decálogo de primeras medidas que aprobará cuando llegue al Gobierno. Promete una "política transversal" alejada de cualquier intento partidista e insiste en no retroceder ni dar pasos atrás sobre la violencia de género, en un recado directo a Vox. "No se me ocurrirá negarla ni hacer leyes que desprotejan a las mujeres y derogar las propias leyes que ha hecho el PP". Una idea que repite desde el viernes, cuando estalló la polémica por el pacto firmado en Valencia.
El líder popular tendrá que hacer equilibrios en sus negociaciones con Vox porque Abascal ya ha avisado de que el ejemplo valenciano es el que impondrá si el PP no tiene mayoría absoluta. "¿Qué quiere? ¿Ir a elecciones?", alertó este lunes. En el documento de doce puntos figura una recopilación de medidas históricas de Vox ante lo que denuncia una "campaña repugnante desatada por la izquierda, y seguida por parte del PP y sus terminales".
"Combatir la violencia contra la mujer y sus causas", es eltítulo. Ni una palabra sobre violencia de género, el partido garantiza la asistencia y el apoyo a las víctimas de la "violencia doméstica", promete derogar la ley del 'solo sí es sí' y sustituirla por otra aumentando las penas contra los agresores sexuales incluyendo la prisión permanente. El líder de Vox, en Telecinco, sostuvo que existe una violencia contra las mujeres pero se reafirmó en que el género es "un concepto ideológico" que no comparte. Es el tablero donde los partidos van a jugar una partida decisiva para el resultado final.