Digiriendo el resultado electoral, el bloque a la izquierda del PSOE parece bloqueado. Tienen hasta el próximo jueves para dar su primer paso, si la plataforma de la vicepresidenta de Gobierno, Yolanda Díaz, Sumar y el partido liderado por Ione Belarra, Unidas Podemos, se unen. Y solo otros cinco días más para presentar las listas. El momento de los fontaneros, decía Pablo Iglesias tras el adelanto electoral del lunes para el 23 de julio.
Fontanería y albañilería a marchas forzadas para construir un espacio que, clave, despierte ilusión en el delicado votante progresista.
La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, da por hecho que habrá acuerdo, que el país es lo que está esperando. Y en ella recae esa responsabilidad. Conjugar y equilibrar a todas las formaciones del conglomerado.
De un lado, Compromís, Más País e Izquierda Unida, con Sumar desde el principio y que quieren hacerse valer. Y más, por el otro, con un Podemos en horas muy bajas, pero pertinaz. Reivindicando, Ione Belarra hoy en Twitter, el papel de Unidas Podemos ante el bipartidismo. Apuesta por la unidad, sí, como Pablo Iglesias, referencia más visible que la dirección morada esta semana.
Pero advierte desde el diario Ara: "La negociación no acabará bien si se impone el deseo de venganza y humillación a Podemos y a sus dirigentes". Es decir, que Ione Belarra e Irene Montero no pretenden dar el paso a un lado como han hecho Colau o Garzón, que ha agradecido expresamente Díaz.
Indirecta o casi un órdago, punto álgido en la partida; un tira que, de momento, no afloja.