Con Los Ramones y su versión de 'Wonderful world' (Mundo maravilloso) atronando, Alberto Núñez Feijóo y todos sus candidatos autonómicos entraban en la sede de Génova a lo grande. Los populares no están dispuestos a que el adelanto electoral les fastidie la fiesta. Parte de su estrategia de cara a las elecciones generales pasa por surfear lo ola a favor del triunfo del 28M. De "tsunami" y "vuelco electoral" lo ha calificado Feijóo entre aplausos cerrados de os suyos.
"Después del tsunami ocurrido, todo parece indicar que tendremos un nuevo Gobierno", subrayaba para después sacar pecho de todo el poder territorial recuperado en las elecciones del pasado domingo repasándolos uno a uno. "Felicidades al presidente Mazón (Valencia), Azcón (Aragón), Prohens (Baleares), Buroaga (Cantabria) y Guardiola (Extremadura). ¡Qué bien suena!", decía dando por hechos los gobiernos en esas comunidades autónomas aunque eso pasa necesariamente por llegar a acuerdos con Vox. De fondo en letras gigantes toda una declaración de intenciones: "Ganamos el 28M. Ganaremos el 23J".
A partir de ahí el presidente de los populares ha ido al turrón. Y eso pasa por agrupar todo el voto del centro derecha en torno a la papeleta del Partido Popular en las elecciones generales del 23 de julio. Antes de que se materializara la noticia, Feijóo ha dado por hecho la desaparición de Ciudadanos y ha agradecido de forma preventiva su inmolación tras debacle del 28M.
"Agradezco a Ciudadanos, si se confirma la noticia, que no concurra a las elecciones generales. Han entendido el mensaje. Es un ejercicio de madurez y de responsabilidad. Tenemos una oportunidad histórica de concentrar el voto en el PP", ha señalado apropiándose de facto de los restos del botín naranja. Dos horas después se ha confirmado el deceso de Ciudadanos.
Génova no tiene improvisar y al menos en esta primera fase de precampaña va a ir por la misma senda por la que ha cimentado buena parte de su victoria el 28M. En un golpe de efecto buscado Feijóo ha ofrecido hoy los votos del Partido Popular "allí donde sean útiles" para impedir que Bildu entre en los ayuntamientos del País Vasco como Vitoria y Navarra y en el Gobierno de la Comunidad Foral. Claro que con los tres escaños que han obtenido el 28M, el PP en Navarra es irrelevante.
"Pongo desde ya los votos de mi partido para retirar a Bildu de cualquier posible Gobierno", ha dicho retomando la idea que ya expresó hace unas semanas de establecer un cordón sanitario contra la formación de Arnaldo Otegi. “El reto de frenarlo lo asumo desde ya”, añadía.
El elefante en la habitación siguen siendo los pactos con Vox. Su apoyo es imprescindible para materializar los gobiernos de Valencia, Extremadura, Aragón, Baleares o Cantabria. Sin embargo Feijóo en su discurso ante la Junta Directiva de su partido ha preferido ignorarles enfriando unos posibles pactos que lastrarían sus posibilidades de llegar hasta La Moncloa. Sabe perfectamente que eso es munición para Pedro Sánchez que no está dispuesto a regalar.
Génova y muchos de sus barones autonómicos son partidarios de dilatar las negociaciones con la formación de Santiago Abascal todo lo posible hasta que pase la fecha de las elecciones generales del 23 de julio. Desde la dirección nacional insisten en que no existe una directriz general para abordar las conversaciones con Vox y que serán los territorios los que decidan como abrodarlas.
El líder del PP ha preferido centrarse en arengar a los suyos y presentarse ya como el próximo presidente de España. "Os convoco a trabajar por un cambio, inequívoco y contundente, y me pongo a vuestra disposición para hacerlo posible como candidato a la presidencia del Gobierno", ha arengado a los suyos poniéndoles de nuevo deberes. Toca luchar contra una baja participación el 23J con casi toda España de vacaciones aunque creen que eso penalizará más al PSOE y a Sánchez que a ellos.
“Sánchez quiere que los españoles elijan entre urnas o vacaciones, pero la elección es otra, entre Sánchez y España", subrayaba copiándole de paso uno de los mantras a Isabel Díaz Ayuso. Ese y el de ganas.