Reunión del comité de campaña del Partido Popular en la sala de trabajo de la segunda planta de Génova. Proyectado en una pantalla de vídeo gigante la evolución del ‘tracking’ electoral elaborado con sondeos propios aunque el director de campaña, Elías Bendodo, también se detiene a diseccionar los datos del último CIS de abril y hasta de tres encuestadoras privadas. La liturgia se repite semanalmente aunque a partir de ahora Bendodo número tres en el escalafón popular, ya no se moverá del cuartel general y no le quitará ojo a las curvas electorales.

En la sala reina el optimismo contenido. Según sus datos comienzan la campaña de las autonómicas y municipales con las encuestas levemente al alza y con los socialistas ligeramente a la baja. "Cuando uno llega a la campaña como el PSOE pidiendo la hora eso es letal", señala uno de los dirigentes que lidera esas reuniones.

Sin embargo hay un dato que empaña la satisfacción demoscópica de los populares. Vox, el partido con el que pugnan a la derecha por el mismo electorado, demuestra una resistencia numantina en las encuestas y eso complica los planes de futuro de su jefe, Alberto Núñez Feijóo.

La orden que ha dado a sus barones de ganar poder territorial pasa en muchos casos por pactar obligatoriamente con la formación de Santiago Abascal y lo que más les preocupa: aleja a Feijóo de la “mayoría suficiente” que anhela para alcanzar La Moncloa libre de ataduras con la extrema derecha.

Según los datos del último CIS de abril PP y Vox son los partidos con mayor fidelidad de voto con un 75,8% y 71,5% respectivamente. Los populares son también los que demuestran mayor capacidad para robar votantes a derecha e izquierda. El 45,9% de los votantes de Ciudadanos, el 20,6% de los de Vox y el 5,5% de los del PSOE cogerían ahora la papeleta de Alberto Núñez Feijóo y aun así los populares no terminan de despegar. Según la media de las encuestas publicadas los de Abascal permanecen anclados en un 14% en estimación de voto y esa cifra tapona que Feijóo pueda romper el techo de los 140 diputados. Algo que preocupa en el sector más próximo al expresidente José María Aznar quien esta misma semana volvía a reclamar “gobiernos fuertes”.

“Por favor, procuren que el Gobierno resultante de estas elecciones que tienen mucho que ver con el Gobierno resultante de las elecciones generales tenga la mayor fuerza posible y la mayor capacidad para tomar decisiones. Cuanto menos dependiente sea ese Gobierno tanto mejor porque es mucho lo que hay que hacer”, advertía Aznar este viernes en un acto de precampaña junto al presidente de Murcia, Fernando López Miras.

En Murcia el Partido Popular ganaría con claridad pero López Miras necesitaría de los votos de Vox para poder ser investido presidente y los de Abascal jugarán fuerte sus cartas. El candidato de Vox al ayuntamiento de Murcia y diputado nacional, Luis Gestoso, celebraba con tarta incluida que le había birlado a los populares 200 cargos y afiliados a una semana de comenzar la campaña electoral.

En Valencia no hay más opción. Las encuestas dan como ganador al candidato del PP Carlos Mazón pero es improbable que pueda sumar más escaños que la izquierda lo que le deja en manos de Vox. Los de Abascal lo saben y ya venden la piel de oso antes de que se pongan las urnas. Impondrán al PP el modelo de Castilla y León con poder real y consejerías en un futuro Gobierno de la Generalitat y con una vicepresidencia con peso político para su candidato Carlos Flores “para influir en todas las áreas del gobierno junto al PP”. Y para dejarlo claro Santiago Abascal abrirá campaña en Valencia.

"Exigiremos estar. En el supuesto de que sumemos y de que nuestra contribución a esa mayoría por el cambio sea una contribución sustancial, por supuesto que queremos que ese Gobierno reconociese la relevancia electoral que tiene cada partido", declaraba esta semana pasada su candidato al diario 'Valencia Plaza'

Esta semana el líder popular reunió a su grupo parlamentario en el Congreso y les dejó claro que no vale sólo con ganar el 28 de mayo. Sobre todo hay que gobernar. Explicó que había propuesto a Pedro Sánchez que gobernara la lista más votada pero que “lamentablemente” el presidente lo había rechazado.

“Nos dijo que si el PSOE no quiere nada con nosotros eso significa que está abierto a otros pactos donde sea necesario para sumar poder territorial” cuenta NIUS una diputada presente en ese encuentro. Feijóo no hizo mención expresa a Vox pero asumió que se gobernará con lo que se pueda aunque la palabra final sobre los pactos la tendrá él. “Ganamos y luego vamos a los pactos. Pero lo primero es gobernar”. Esa es la hoja de ruta que trazó ante sus diputados y senadores.

En paralelo Génova y la dirección del grupo parlamentario trabaja por establecer alianzas con los partidos regionalistas como alternativa a Vox confirma esta misma fuente. Sería el caso del partido de Miguel Ángel Revilla en Cantabria. Las encuestas dan como primera fuerza al PP por delante del PRC de Revilla y las alianzas (con cambio de socios incluido) podrían replantearse tras el 28M con la vista puesta en las generales de finales de año.

En Canarias el escenario es prácticamente idéntico. Los populares podrían ‘sorpassar’ a Coalición Canaria y la suma de ambos estaría en condiciones de plantar cara al actual pacto progresista que gobierna en este momento las islas.

Aragón Existe –una formación muy transversal que ahora apoya al Gobierno de Sánchez en el Congreso- tendría la llave de la gobernabilidad en esa comunidad autónoma con el candidato del PP, Jorge Azcón, por encima del socialista Javier Lambán en las encuestas.

Conseguir cambiar el signo del actual entramado de alianzas en los distintos territorios tendría efectos a nivel nacional para el PP de Feijóo cuando toque elegir presidente de Gobierno.