En el último gran duelo entre el presidente del Gobierno y el líder del PP en Senado antes de que arranque la campaña electoral del 28M, Alberto Núñez Feijóo proclamó que su hoja de ruta para llegar a La Moncloa en diciembre -con una primera meta volante en las elecciones autonómicas y municipales- pasa por “derogar el sanchismo”.
Tres palabras convertidas en lema oficioso cocinado en Génova y con el que los populares agitarán el patio político en el mes que queda hasta las elecciones del 28 de mayo. Pero ¿qué significa exactamente lo de ‘derogar el sanchismo’?
Los colaboradores más estrechos de Feijóo cuentan a NIUS que no es sólo tocar leyes sino “tocarlo todo”. Desde la forma de gobernar por decreto ley hasta “recuperar el prestigio” de instituciones como el CIS, la Fiscalía, el Tribunal Constitucional o RTVE, pasando por regular el uso del Falcon. “Reemplazar las formas y el fondo de un presidente que es rehén de sus socios y rehén de su ego”, explican.
Génova y el grupo parlamentario popular radiografiarán toda la acción del Ejecutivo durante estos cinco años y las conclusiones serán plasmadas en el futuro programa de Gobierno. Si llegan a La Moncloa aplicarán cirugía de precisión y determinarán qué normas serán derogadas y en qué términos, cuáles modificadas de arriba abajo lo que en la práctica no deja de ser una derogación y cuáles cambiarán sólo cuestiones puntuales. “No vamos a entrar como elefante en cacharrería y lo vamos a hacer bien porque no queremos un problema jurídico de carácter técnico como hace el Gobierno”, admite un miembro de la dirección nacional.
Los populares quieren modificar lo que califican como las leyes ideológicas del ‘sanchismo’. Las identificadas como un despropósito y que el PP o ha enmendado en el trámite parlamentario o directamente ha votado en contra para imponer un modelo alternativo en los cien primeros días de Gobierno de Feijóo.
“No va a quedar en pie ni un sólo despropósito de este Gobierno en pie cuando gobernemos”, avisaba su portavoz de campaña, Borja Sémper, preparando así el terreno justo antes de que Feijóo acuñara oficialmente el eslogan de ‘derogar el sanchismo’ ante Sánchez en el Senado.
“Hay leyes que le quedan de vida lo que queda a este presidente del Gobierno en el Palacio de La Moncloa”, aquilatan desde el entorno del líder popular.
Eso no significa necesariamente derogarlas todas. Reconocen que la derogación tiene una enorme complejidad jurídica que les obliga a estudiarlo con cuidado para que no se produzcan situaciones de indefensión.
Ponen como ejemplo la ley del ‘sólo sí es sí’ que el miércoles fue definitivamente rectificada con los votos del Partido Popular. Para ellos en la práctica la ley de Montero ya se ha derogado de facto pero no renuncian a introducir cambios si consiguen gobernar.
“Lo relevante era la aplicación de la pena, pero si derogamos la norma tal cual nos cargamos cuestiones como la sumisión química que consideramos fundamental. Pero la exposición de motivos o partes del articulado son un despropósito que modificaremos”, explica un dirigente popular con asiento en la dirección. “No descartamos ningún escenario”, añade esa misma fuente.
El Partido Popular sitúa la reforma del 'sólo sí es sí' como el primer hito en su camino para “derogar el sanchismo”. Feijóo celebraba desde sus redes sociales “haber arreglado el desastre legislativo” de Sánchez. Una labor que piensa continuar pero ya desde La Moncloa.
En el punto de mira también están la ley de vivienda que el Gobierno quiere aprobar definitivamente en plena campaña electoral y que los populares estudian recurrir ante el Tribunal Constitucional dando cobertura a sus comunidades autónomas, la ley trans o la de Memoria Democrática “que impuso Bildu y que dijo que la democracia arrancaba en el 83”.
Durante esta legislatura el Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado unas 200 iniciativas legislativas. A pesar de lo que proclama Moncloa, los populares han apoyado iniciativas como el Ingreso Mínimo Vital, la reforma de los ERTE para hacer frente a la pandemia, la ley de protección a la infancia o la revalorización de las pensiones. Eso además de la mitad de los decretos leyes que han pasado por el Parlamento. Esas quedarían fuera del radar del PP. El resto son susceptibles de pasar por la desbrozadora de Génova.
Entre otras la nueva ley de educación o ley Celaá que analizarán buscando el consenso con el PSOE, la ley de Bienestar Animal o la agenda catalana de Sánchez son fijas en la quiniela. Después están los avisperos de la ley de Eutanasia o el aborto. Feijóo viró la posición tradicional del partido sobre la interrupción voluntaria del embarazo pero es contrario a que las menores de 16 años aborten sin el consentimiento de sus padres.
“Vamos a modificar la ley trans, la ley de vivienda y cualquier ley que haya sido aprobada con un carácter ideológico y que no entren dentro de las preferencias de la nación. Decimos nación porque hay cuestiones que el electorado del PSOE no respalda. Sólo respaldan esas leyes el ‘sanchismo’ y sus socios que hacen negocio de la debilidad del país”, aseguran a NIUS fuentes internas del partido.
Los fontaneros de Génova están convencidos de que con esta cantinela de “derogar el sanchismo” van a conseguir aunar bajo el paraguas del PP el ‘voto útil’ de los indecisos que aún quedan en Ciudadanos y mantener el trasvase de voto de Vox y de los desencantados del PSOE.
“Lo que une al electorado de este país tanto de Vox, del PP, como de Ciudadanos y como buena parte del PSOE es que Sánchez no es una buena idea para el país”, asegura un colaborador de Feijóo. “Sánchez es un elemento de unión de distintas sensibilidades a las que no les gusta. Le ven con actitudes chulescas, que no es de fiar y con tendencia a la mentira”, insiste.
Los populares reconocen un parón en el trasvase de papeletas desde el PSOE en favor de Yolanda Díaz. Saben que la transferencia de voto de izquierda a derecha tiene límites pero con esta bandera de “derogar el sanchismo” los populares confían en seguir movilizando a su favor a los votantes fronterizos de Vox y de PSOE.