{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
La pelea entre el Gobierno y el PP por la extensión de los regadíos en el Parque Nacional de Doñana sube un escalón y se traslada a Bruselas generando tensión en el seno de la Comisión Europea que rechaza el plan de la Junta de Andalucía. Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se han puesto al frente de una batalla que se recrudece día a día donde se mezcla un espacio protegido como Doñana, la escasez de agua, el interés de los regantes, sentencias europeas y sobre todo, la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.
La acusación del presidente del PP Europeo, Manfred Weber, contra el comisario de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, por "hacer campaña para Sánchez" ha desatado el enfado de Moncloa y ha provocado hasta la intervención de la propia presidenta de la Comisión que ha salido en defensa de su comisario. Ursula von der Leyen, de la misma familia política que el PP pero que siempre ha mostrado sintonía con Sánchez, "es consciente de las acciones de los miembros de su colegio", aseguró el portavoz de la institución. Bruselas insiste en que cumple con su papel de exigir que se cumpla la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que obliga a proteger el humedal.
Pedro Sánchez, aprovechando su presencia en el Congreso para votar la ley de vivienda, estalló contra Feijóo y le acusó de ir "a la deriva" y de deslegitimar las instituciones europeas. "Ya está bien", exclamó el presidente que situó al PP como un partido sin liderazgo al que exigió cumplir las leyes, acatar las sentencias europeas y defender la reputación de España.
Alberto Núñez Feijóo suscribe las palabras de Weber y argumenta que es el posicionamiento político del Partido Popular a nivel europeo. "Lamentablemente vamos a tener que seguir denunciando al Gobierno por la utilización de las instituciones en la campaña electoral del PSOE y de sus socios de Podemos 1 y Podemos 2", avisó a Sánchez.
Moncloa considera que la actitud del PP con el asunto de Doñana está superando todos los límites. El presidente cree que los populares, además de "saltarse a la torera" las sentencias europeas, han cruzado una línea salpicando a la Comisión Europea al criticar abiertamente a un comisario para dañar la imagen de España ante las instituciones comunitarias. Una actitud de "extraordinaria gravedad".
La "deslealtad" del PP en Bruselas es una de las acusaciones recurrentes de Sánchez. El Gobierno reprocha a los populares que se dediquen a viajar a la capital comunitaria para cuestionar y sembrar dudas sobre algunas de sus medidas. Ahora es Doñana, antes fue la reforma de las pensiones, el mecanismo ibérico o la llegada de los fondos europeos.
Este mismo martes, en su cara a cara en el Senado, Sánchez le espetó a Feijóo que le daba "vergüenza ajena" cuando el líder de la oposición se pasea por Europa para desacreditar al Gobierno en el momento en que España tiene más peso en la UE.
A un mes de las elecciones del 28 de mayo el Partido Popular ya avisa de que no se va achantar y se defenderá ante lo que considera un uso “abusivo” de las instituciones y un ‘fake’ que ha fabricado Sánchez para conseguir oxígeno electoral.
Dar marcha atrás y suspender la legalización de los regadíos ilegales del entorno de Doñana no es una opción porque eso equivaldría a entrar en el marco que quiere el Gobierno y regalar esa baza a Pedro Sánchez. “Recular es reconocer una mentira del Gobierno”, señala un importante dirigente con asiento en la dirección nacional del partido.
Los populares ya han sacado la artillería pesada para repeler el ataque del presidente Sánchez incluido al primo de ‘zumosol’ europeo. Manfred Weber, presidente los populares europeos, esta semana daba la cara por su colega Alberto Núñez Feijóo y por la Junta de Andalucía acusando al comisario de Medio Ambiente de hacer campaña por Sánchez sobre Doñana y a costa de tensionar la Comisión europea. Feijóo consigue así trasladar la idea de que en la batalla campal por Doñana no está solo en Bruselas como pretende trasladar Moncloa.
"El presidente del PPE, Manfred Weber, cuando habla es porque entiende que el posicionamiento político del Partido Popular europeo ha de ser el que es. No tengo nada que añadir al posicionamiento del primer partido de Europa y de su presidente", advertía ayer desde Zaragoza.
La relación entre Alberto Núñez Feijóo y la presidenta de la comisión europea, Ursula von der Leyen, es más bien fría. De hecho Feijóo no ha comprometido su apoyo a la reelección de la alemana dentro un año. Nada que ver con la amistad que le une con Weber -por intermediación de Esteban González Pons- invitado en numerosas ocasiones a los actos del PP español.
Génova y la Junta de Andalucía de Juanma Moreno se conjuran para extender la sombra de la sospecha sobre la presunta parcialidad de la comisión. Que si podría haber una acción concertada con el Gobierno español. Que si el comisario lituano es un “activista de izquierdas” al que le ha entrado “doñanitis”. Que si el hijo del ministro Luis Planas asesora a la directora de Medio Ambiente europea, la misma que firmó la carta contra la ley de regadíos que impulsa la Junta de Andalucía. (Puede consultar aquí la carta)
“Nos extrañábamos que el mismo día que Sánchez llegaba a Doñana ese mismo día llegaba la respuesta de la Comisión a preguntas escritas a tres diputados españoles”, señalaba la jefa de la delegación española del PP en Bruselas, Dolors Montserrat.
“El que le hace los papeles y contesta es el hijo del ministro Planas ¡Hombre, verde y con asas! Todo está unido”, apuntaba ayer el consejero de la Presidencia de la Junta, Antonio Sanz.
“Que el comisario europeo al que le ha entrado “doñanitis” sea un activista de izquierdas de la internacional socialista y tenga de asesor al hijo del ministro Planas resulta chocante”, remataba el senador más cañero del PP, Rafael Hernando.
Génova cree que Doñana no les pasa factura electoral. “Al revés”, aseguran. Aun así esperan que el asunto no tenga más recorrido mientras se pertrechan para estirar el chicle del ‘sólo sí es sí’ hasta diciembre. Lo primero no parece después de que el incendio se haya trasladado a Bruselas.
Hace un mes el Ejecutivo denunció que Feijóo se reunió con el Comisario de Economía y con la presidenta von der Leyen para intentar impedir la reforma de las pensiones. El presidente del Gobierno subrayó la falta de patriotismo del gallego y de superar "la deslealtad" de Pablo Casado de forma "sonrojante". Al anterior presidente del PP le recriminó en numerosas ocasiones sus movimientos para boicotear la llegada de los fondos europeos a España. A Feijóo le afea que ponga en tela de juicio que se están gestionando mal los millones de euros que está recibiendo nuestro país, la nación europea que más percibe porque está cumpliendo todos los requisitos exigidos.
Los socialistas también se han quejado de los palos en la rueda del PP respecto al mecanismo ibérico, el tope del gas que consiguió España y Portugal para abaratar el precio de la electricidad tras unas intensas y complejas negociaciones con Bruselas. Sánchez siempre ha presumido de su papel para conseguir esa excepción que Feijóo tachó como "timo ibérico". El presidente del Gobierno saca pecho de que ahora España pinta en Europa más que nunca y sus propuestas son copiadas por el resto de países como la reforma del mercado eléctrico o el impuesto a las energéticas.