La ley de Vivienda está generando muchas discrepancias. El principal objetivo es frenar la escalada de precios por lo que uno de los puntos más importantes de la ley es fijar un tope a la subida del alquiler, pasará del 2 al 3% en 2024.
A partir de 2025 habrá un nuevo índice de referencia al margen del IPC. La ley establece nuevas deducciones fiscales para los pequeños propietarios en zonas tensionadas.
Ahora serán considerados grandes tenedores los que posean cinco o más viviendas. Además, serán estos y no el inquilino, los que se hagan cargo de los gastos de gestión inmobiliaria.
Destacable también es la mayor protección a las personas vulnerables ante posibles desahucios con lo que se amplía hasta dos años el procedimiento para expulsar a un inquilino, una medida que ha suscitado polémica ante la posibilidad de que beneficie a un okupa.