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El protagonismo de Yolanda Díaz en la moción de censura fracasada de Vox ha generado poco entusiasmo en Podemos que mantiene el pulso con la vicepresidenta sobre el peso de los morados en Sumar, la plataforma con la que Díaz pretende reunificar el espacio que está a la izquierda del PSOE de cara a las elecciones generales de diciembre. No ha habido tregua tras el impulso de Díaz como ticket electoral junto a Sánchez, en una estrategia perfectamente medida y sincronizada en La Moncloa.
La batalla interna se aviva con declaraciones de las dos partes que no presagian un acuerdo antes del día dos de abril cuando Díaz tiene previsto presentar en Madrid las conclusiones de su proceso de escucha con la sociedad civil con el que ha recorrido toda España y lanzar de forma oficial su candidatura a las generales. En estos momentos no hay foto de unidad en la izquierda y Podemos no tiene intención de acudir a esa cita si antes no se llega a un acuerdo de coalición, aunque sea de mínimos.
Podemos quiere marcar distancias con Díaz a pesar de que la vicepresidenta quiso tender puentes y tuvo palabras de reconocimiento en su discurso en el Congreso con las ministras de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero. Ellas lo agradecen, pero en el partido creen que los gestos por sí solos no valen, exigen certezas de cómo se va a configurar Sumar. Reclaman un papel protagonista porque argumentan que son la fuerza mayoritaria de ese espacio y siempre han sido generosos a la hora de elaborar las listas.
La intervención de Díaz fue celebrada con entusiasmo por Más País, Izquierda Unida o En Comú Podem y acogida con frialdad por Podemos. Irene Montero, el día después, se limitó a decir que la vicepresidenta había defendido "bien", al igual que Sánchez, la labor del Gobierno. A partir de ahí ha puesto deberes al PSOE y a la vicepresidenta. "Pasar de las palabras a los hechos", le ha reclamado al ala socialista del Ejecutivo y que demuestre que la mayoría de la investidura está fuerte aprobando ya la ley de vivienda, la de familias y "soltar la mano del PP" en la reforma de la ley del 'solo sí es sí'.
A Díaz, la ministra de Igualdad le ha pedido un acuerdo, pero dejando muy claro que una cosa es la vicepresidenta y otra diferente Podemos. "Ya hemos dicho lo que hemos propuesto a Yolanda, que es llegar a un acuerdo, el partido que está montando con el PCE o Más Madrid es diferente a Podemos, pero queremos ir juntas a las elecciones, y para eso necesitamos un acuerdo, unas primarias que nos permitan confluir", afirmó.
Las dos partes ofrecen versiones contradictorias sobre en qué punto están las conversaciones para conseguir ese supuesto pacto. En Podemos niegan que se esté negociando, Díaz dice que sí hay contactos. Para el partido que dirige Ione Belarra el acuerdo debería llegar antes de las elecciones del 28 de mayo, una cita clave donde los morados medirán su fuerza y se comprobará su capacidad de resistencia. Un buen resultado ahí, dicen, determinará también el de las generales. La vicepresidenta ha trasladado a Podemos que ese asunto no se abordará hasta después del 28-M.
Lo del ticket electoral no le ha gustado a Pablo Iglesias que vuelve a marcar el paso. El exlíder de la formación, en una entrevista en TV3, ha subrayado que Podemos no puede renunciar al combate ideológico y defiende que la fuerza de la izquierda radica precisamente en diferenciarse del PSOE, no en ir de la mano. Para Iglesias la consecución de políticas progresistas depende de ser "diferentes". A su juicio, el Gobierno de coalición existe a pesar del PSOE que estaba dispuesto a gobernar con Ciudadanos si hubiera sumado.
Vuelve además con una idea que ya ha defendido en varias ocasiones, que los aliados naturales de Podemos no están en Ferraz sino en otras formaciones. Para él es inevitable "tejer alianzas" con ERC y Bildu. En 2020 ya apostó porque esos dos partidos independentistas formasen parte de "la dirección de Estado".
En el juego de la presión entran todos, Díaz también ha emplazado a Belarra a que explique qué va a hacer Podemos el día dos de abril: "Quiero que esté Podemos en ese acto, no hay ninguna razón por la que no pueda estar, es una fuerza importante en este país". Se ha quejado de que a estas alturas todavía no haya entendimiento con los morados si comparten el mismo proyecto de país. "Caminemos juntas, es lo que quiere toda España", ha proclamado en RNE donde ha hecho un llamamiento a todos los partidos de la izquierda porque ese día "empieza todo".
Izquierda Unida, Más Madrid, En Comú Podem, la Chunta Aragonesista o Alianza Verde son algunas de las fuerzas que ya han confirmado que el dos de abril estarán el Pabellón Magariños de Madrid. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; Mónica García, líder de Más País, y Rita Maestre, candidata de esa formación al Ayuntamiento de Madrid, arroparán a la vicepresidenta.
Díaz ha garantizado que la celebración de primarias no será "un obstáculo" para llegar a un acuerdo con Podemos. "No tengan duda de que las candidaturas de Sumar las va a decidir democráticamente la ciudadanía", ha garantizado. Precisamente ha lamentado que ella fue elegida vicepresidenta "a dedo" por Iglesias y eso ha condicionado su carrera política. "A mí me han designado a dedo, lo acepté y me ha pesado", ha sentenciado Díaz que defiende que ella nunca se ha peleado por estar en una lista.
Sobre las primarias, Jaume Asens, diputado de En Comú Podem y presidente del grupo parlamentario, apunta a que el escollo y las tensiones pueden llegar a la hora de definir el censo que se utilice. Ahora mismo todo está en el aire. Los partidos se mueven para ganar posiciones de fuerza en un complejo proceso de armar una lista electoral acordada entre una quincena de partidos.