Al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, no le va a quedar más remedio que retratarse con la reforma de las pensiones que el Gobierno ha puesto encima de la mesa y a la que los populares no paran de ponerle peros desde que se hizo pública la semana pasada.
Si finalmente el Ejecutivo aprueba esta misma semana en un Consejo de ministros extraordinario el decreto ley de la reforma de las pensiones, lo siguiente será convalidarlo en el Congreso como máximo en un mes. Esto es, antes de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo que desde Génova se han planteado como unas primarias antes de las generales.
Feijóo se verá entonces forzado a salir de la zona de confort de la mera crítica para posicionarse sobre un debate del que rehúye porque no le es rentable electoralmente en un año plagado de urnas y que le obligará a hacer muchos equilibrios.
Los diez millones de pensionistas que hay en España actúan como el bloque electoral más potente del país. Oponerse a una reforma que pagan los empresarios y las rentas más altas sería munición para el presidente Pedro Sánchez. Abonaría su estrategia de presentar a Feijóo como aliado de los poderosos y que “sólo defiende a los que están arriba” frente al “Gobierno de la gente” que él se arroga.
Además les colocaría en una situación incómoda con Bruselas por una reforma que según Moncloa en principio parece contar con el aval de la comisión europea. Pero el PP de Feijóo tampoco puede ponerse enfrente de la CEOE –que rechaza frontalmente el modelo planteado por Escrivá- y con la que ha inaugurado una nueva etapa de entendimiento tras los encontronazos del pasado con Pablo Casado.
“Quien tiene la obligación de ofrecer una reforma de las pensiones es el Gobierno. Nos tendrán que llamar y contarnos la suya”, insisten desde el entorno del presidente del PP que ayer calificaba la propuesta del ministro José Luis Escrivá de “chapuza” que no garantiza la viabilidad del sistema.
De momento en Génova no dan pistas sobre lo que harán cuando las pensiones lleguen al Congreso. Se limitan a decir que “la música tiene margen de mejora” y que lo primero es conocer los números antes de plantearse una posición en contra o a favor mientras reclaman una reunión al Ejecutivo para “consensuar” la reforma. “Nos falta información. No conocemos las particularidades de la propuesta del ministro porque no nos han llegado”, se quejan porque el Ejecutivo no les ha hecho llegar el texto de la reforma.
Ayer Feijóo tendía la mano a Sánchez para negociar las pensiones y ofrecía la “experiencia” de Génova en esta materia. "Si pretende imponer su plan allá él. Tendrá que cargar con la responsabilidad de una pseudo reforma que está llena de lagunas y aplazamientos", avisaba ante sus barones territoriales a los que reunió en la sede nacional para afinar las estrategias electorales de cara al 28M.
Lo que sí dejan claro desde su entorno es que esta vez van a vender caro su apoyo. “Esto no es el sólo sí es sí”. Recuerdan que la semana pasada dieron sus votos “gratis” y sin negociación previa para que Sánchez pudiera tramitar la modificación de la ley de Libertad Sexual en contra del criterio de sus socios de Gobierno de Podemos y sacándoles así “las castañas del fuego”. Con las pensiones no pasará lo mismo. Quieren que les llamen y consensuar un modelo a largo plazo porque “es un tema de país”.
El Gobierno de Pedro Sánchez asegura que cuenta con el visto bueno de Bruselas aunque no será hasta el verano cuando la Comisión europea se pronuncie formalmente sobre la propuesta de Escrivá. Las autoridades europeas han condicionado la entrega del cuarto tramo de los fondos europeos (10.000 millones de euros) a que España haga los deberes con las pensiones.
Un destacado miembro de la dirección nacional del PP niega a NIUS que el aval de Bruselas se haya producido. “Por ahora la Comisión no ha dicho nada”, subraya negando así la versión de Moncloa.
Aun así en Génova aseguran que eso “no les limitará” en caso de que concluyan decir no a la reforma. Los populares no están todavía en esa pantalla. Primero quieren tener los números y leer la letra pequeña. No se fían del Gobierno. Primero porque dicen, aseguró que no hacía falta hacer ajustes en las pensiones porque las cotizaciones eran suficientemente altas. Después porque insistieron en que el mecanismo de equidad intergeneracional era suficiente y ahora porque a juicio de Feijóo "sube las cotizaciones a todo el mundo y con intensidad".
"Sánchez pretende que todo el mundo pague más por obtener lo mismo y que además sea más difícil conseguirlo", le reprochaba ayer. A pesar de la dureza de las críticas, el PP aguantará hasta el final para desvelar si estará en el pacto de las pensiones.