Pedro Sánchez ha garantizado que la coalición de Gobierno no se va a romper. Un intento de rebajar la tensión en su Ejecutivo tras una semana negra donde las fuertes discrepancias entre el PSOE y Podemos por la reforma de la ley del 'sólo sí es sí' han elevado la incertidumbre sobre el futuro del Ejecutivo al máximo. El ruido interno tapa todo lo demás, especialmente los logros económicos y sociales y la imagen internacional del presidente que Moncloa y Ferraz se esfuerzan en vender a tan solo unos meses de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.
La ley estrella de Irene Montero, que ha provocado ya más de 500 rebajas de condenas a agresores sexuales, pesa como una losa y dificulta la estrategia marcada por el propio Sánchez a su partido de poner el foco en la acción del Gobierno y las medidas puestas en marcha para proteger a la mayoría social frente a la pandemia y la guerra en Ucrania.
Todo gira alrededor de la ley del 'sólo sí es sí' y sus "efectos indeseados", como dice Sánchez y repiten todos los ministros socialistas. El presidente dio la orden de actuar y la decisión del PSOE de presentar unilateralmente una proposición para reformar la ley de Montero elevando las penas en función de la violencia o la intimidación ha provocado un choque sin precedentes donde Podemos se ha enrocado con duras críticas a su socio. La propia Montero acusa al PSOE de querer volver al Código Penal de La Manada y su enfrentamiento público con la socialista Pilar Llop, ministra de Justicia, ha saltado las alarmas.
En el PSOE la preocupación aumenta. Muchos cargos socialistas, que se van a jugar su futuro en las urnas, expresan su inquietud por el coste electoral que implican las rebajas de penas y la imagen de fractura en el Gobierno. Hay un malestar evidente por la actitud de Podemos y por el enrocamiento de la ministra Irene Montero en defender su ley a capa y espada sin aceptar que hay que corregirla para evitar en el futuro más rebajas. Por contra, el ministro Félix Bolaños admitió "con toda humildad" que la ley es "imperfecta".
Esta semana se ha escenificado como el lío interno ha ocultado el resto de mensajes. Del discurso de Sánchez ante su grupo parlamentario el pasado martes donde incidió en la necesidad de trasladar la gestión del Gobierno, tan solo quedó su frase sobre la ley del 'sólo sí es sí': "Ha tenido efectos indeseados y me quedo corto".
Hay una sensación de hartazgo en el PSOE con las leyes de Podemos. Esta semana la ley de bienestar animal, proyecto impulsado por Ione Belarra, ha estado en la cuerda floja por la exclusión de los perros de caza de la norma como querían los socialistas. El proyecto de ley estuvo pendiente de un hilo en el Congreso por el desacuerdo con otros aliados de investidura. Belarra acusó al PSOE de "dejar en la impunidad a los maltratadores de los perros de caza".
Los socialistas mantuvieron su postura hasta el final y no dieron un paso atrás. Tampoco se mueven de su intención de corregir la ley del 'sólo sí es sí'. Intentarán buscar el acuerdo con Podemos, pero la ley se reformará sin ninguna duda. Lo que está claro es que el PSOE ha decidido plantarse y hacer valer que es el socio mayoritario en el Gobierno y el partido que más diputados tiene en el Congreso.
Eso marcará todo este año, el último de la legislatura y ya vaticina cómo será el ambiente, especialmente en algunos asuntos delicados. Hay dos leyes bloqueadas en el Congreso, la de vivienda y la reforma de la ley mordaza, que podrían seguir en un cajón o incluso decaer. Son leyes muy ideológicas donde no hay acuerdo y donde Podemos intentará ir a por todas.
A pesar de todo, el presidente ha querido atajar las especulaciones sobre el futuro afirmando que el Gobierno de coalición progresista continúa y que mantiene su confianza en Irene Montero.
Ahora el objetivo es reconducir la situación para que las aguas vuelvan a su cauce. La negociación sobre la ley se ha desplazado desde Igualdad y Justicia, con posiciones irreconciliables entre las ministras, a los grupos parlamentarios donde tendrán un papel clave los principales negociadores de Moncloa en todas las materias sensibles, Félix Bolaños y María Jesús Montero.
Bolaños, siguiendo el camino marcado por Sánchez, también repitió este viernes el mensaje de que "el Gobierno no peligra en ningún caso". El titular de la Presidencia defiende además que él habla a diario con todos los ministros, también con los de Podemos.
La intención es que la reforma de la ley pase la toma en consideración en el Congreso lo más pronto posible -para eso ya tiene los votos asegurados- y después se haga una tramitación urgente. El Grupo Socialista ya ha reclamado formalmente a la Mesa del Congreso esa vía de urgencia que reduce los tiempos parlamentarios a la mitad.
Moncloa quiere que cuanto antes baje el suflé y cerrar un flanco por el que el PP va a degüello contra Sánchez. Es ahora mismo la principal ofensiva de Alberto Núñez Feijóo. Los populares no van a cejar en la estrategia de exigir al Gobierno que pida disculpas y a Sánchez que cese a su ministra de Igualdad, aunque hacen al presidente directamente responsable de la ley.
Este sábado el PP ha organizado manifestaciones en la calle para protestar en A Coruña, Valencia y Alicante. La Comunidad Valenciana es la gran batalla electoral de las autonómicas entre PSOE y PP. Es uno de los territorios que está en el aire y que es clave también para las generales por el número de diputados que aporta al Congreso.
En Podemos también coinciden en que la coalición no está en riesgo. Fuentes de la formación insisten en que ellos no se han planteado abandonar el Gobierno, pero sí subrayan que la diferencia política con la reforma de la ley del 'sólo sí es sí' es muy importante y van a dar la batalla hasta el final. La cuerda está muy tensa pero de momento nadie parece que vaya a romperla. Las dos partes marcan perfil propio y miden sus tiempos. Los resultados del 28 de mayo pueden ser determinantes para el futuro.