En la séptima planta de Génova, 13 siguen se subidón. El fin de semana escenificaron la unidad del partido con la foto hasta ahora imposible de Aznar y Rajoy abrazados tras más de diez años sin compartir escenario. Llegó el lunes y se encontraron al Gobierno a torta limpia por los cambios en la ley del ‘sólo sí es sí’, a Vox apostando por un nonagenario Ramón Tamames (a falta de una confirmación oficial que se retrasa hasta el miércoles) como mejor opción para liderar su moción de censura y de remate hasta tres encuestas distintas dándoles la victoria en las generales.
“Ojalá todas las semanas fueran así”, confiesa un miembro de la dirección popular. Alberto Núñez Feijóo reunió ayer a su cúpula y después se marchó al Congreso de los Diputados para verse con sus diputados y senadores en el arranque de este periodo de sesiones clave en año electoral.
Se trata de mantener “la ilusión interna”, no cometer errores de bulto y no aflojar en la presión sobre el Gobierno de Pedro Sánchez. Y para eso la labor en el Parlamento es clave.
Los populares van a encaminar todos sus esfuerzos en subrayar “los líos internos” que tensionan al Ejecutivo de coalición. Aprovecharán que Sánchez necesita sí o sí los votos del PP para aprobar el incremento de las penas para violadores y agresores sexuales, pero también la bronca que PSOE y Podemos tienen montada con la ley de bienestar animal que se debate el jueves en el Congreso, o la nueva relación con Marruecos que divide al Gobierno. El PP busca incluso una votación sobre el envío de tanques Leopard a Ucrania para retratar a los socios de coalición y abrirle así otro frente al presidente Pedro Sánchez con sus socios de Podemos.
“Asistimos con el bol de palomitas al lío interno que tienen. Es una movida continua todos los días”, reconocen en Génova disfrutando del momento.
El Partido Popular se atribuye la “victoria política” de la modificación de la ley del ‘sólo sí es sí’ y hasta la negativa en redondo del portavoz socialista Patxi López de negociar nada con ellos les va bien. El PSOE necesita los votos del PP para salir del atolladero y desde el punto de vista de interés político están convencidos de que el “desprecio” de Patxi López “es más beneficioso” para ellos.
De momento dejan entrever que votarán a favor de los cambios de la norma. Eso les permite dar imagen de centralidad, de partido de Estado y única alternativa a Sánchez frente a ‘la casa de los líos’ que es La Moncloa.
“Nuestras condiciones no van a ser ni sentarnos a negociar, ni tomarnos un café ni darnos un abrazo. Nuestra condición es que se modifique la chapuza de esta ley. Si va en la senda del ministerio de Justicia a nosotros nos parecerá bien. El problema no va a ser el PP para reformar esta ley. Es un problema interno del Gobierno que tendrán que resolver”, atornillaba ayer su portavoz Borja Sémper.
A las tensiones internas en el Ejecutivo de coalición Génova anota también en su cuenta la moción de censura de Vox que a falta de confirmación oficial liderará el excomunista Ramón Tamames de 89 años.
Ayer le preguntaban en privado a un miembro destacado de la dirección popular ‘de cero a diez’ cuánto les beneficiaba la última ocurrencia del partido de Santiago Abascal. “Diez”, respondía sin dudar. “¡Cómo tiene que estar la ‘derechita cobarde’ para que tenga presentar a Tamames como candidato!”, añadía frotándose las manos.
Los populares acusan a Vox de seguir siendo “un socio estratégico de Sánchez” y un “colaborador necesario” en desviar la atención de los “problemas reales” de los ciudadanos como la ley del ‘sólo sí es sí’ y que atenazan al Gobierno. Aun así adelantan que se abstendrán en una moción de censura que ningún caso tiene posibilidad alguna de prosperar.
“El Gobierno a ostias entre ellos. Nos dicen además que no quieren contar con nosotros en nada, lo que nos refuerza en nuestra posición y Vox haciendo esto”, enumeran en Génova mientras cruzan los dedos para que la racha dure hasta las próximas citas electorales. En eso están en el PP.