La historia del policía nacional que se infiltró en grupos anticapitalistas de Cataluña para recabar información está dando mucho que hablar. Al infiltrado le han denunciado por abusos cinco mujeres con las que mantuvo relaciones sexuales consentidas.
Las denunciantes aseguran que no las habrían mantenido si hubieran sabido que era policía. El caso ha llegado hasta el ministerio del Interior.
Al ministro le piden explicaciones tanto el consejero de interior de la Generalitat de Cataluña y también los grupos independentista en el Congreso. El ministerio ni confirma ni desmiente que el policía se infiltrara en ese ambiente anticapitalista.
El caso ha llegado a los tribunales donde se han presentado cinco querellas, uno por cada mujer denunciante que mantuvo relaciones con el policía infiltrado.
El policía frecuentaba espacios del movimiento okupa, de los círculos anarquistas y anticapitalistas de Barcelona. En ese entorno se infiltró presuntamente un agente de la Policía Nacional de nombre ficticio Daniel.
Fueron casi 3 años en los que el agente se habría hecho pasar por un activista más, enfrentándose a la Policía en desahucios y desalojos, también acudiendo a movilizaciones, por ejemplo las que tuvieron lugar pidiendo la libertad del rapero Pablo Hásel.
Durante ese tiempo, este agente infiltrado supuestamente tuvo relaciones íntimas con varias mujeres de esos círculos libertarios. Cinco de ellas han presentado una querella criminal contra él por varios delitos, entre ellos el de abusos sexuales continuados. Las mujeres aseguran que no lo hubieran hecho de saber que Daniel era un Policía Nacional.
Tras conocerse la noticia se han realizado movilizaciones de condena ante esta infiltración policial. En lo político, todas las miradas se dirigen a Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior. El independentismo le piden que comparezca para dar explicaciones.