La polémica del aborto y el rechazo de los presupuestos en Madrid embarran los futuros pactos PP-Vox

  • Abascal acusa a Feijóo de querer buscar la ruptura en Castilla y León y endurecerá las condiciones para llegar a pactos con el PP tras el 28M

  • Génova niega que exista ninguna crisis con Vox y reclaman "diálogo frente a confrontación"

  • Vox busca con el aborto y la manifestación contra Sánchez del sábado diferenciarse de los populares y taponar la vía de votos que se les marchan al PP que según el CIS es del 21,9%

Tras una semana en la que el protocolo antiabortista en Castilla y León llevó al máximo la tensión entre el Partido Popular y Vox entre amenazas cruzadas de ruptura del Gobierno de coalición, ambas formaciones han decidido bajar el diapasón. En las últimas 24 horas Santiago Abascal, Javier Ortega Smith o Iván Espinosa, uno tras otro los dirigentes de Vox han desfilado por los micrófonos para proclamar que ellos no van a cargar con el muerto de romper el único Gobierno de coalición que pilotan juntos. Eso mientras se encargaban de que Juan García-Gallardo siga callado y no la vuelva a liar.

Ahora se trata de minimizar daños e intentar dominar el relato. Si el miércoles los populares les endosaron la responsabilidad de la crisis, ayer Abascal salía al contrataque. Se quejaba de ser víctima de un cordón sanitario trazado por PP y PSOE, y acusaba a Alberto Núñez Feijóo de ser él quien busca dinamitar la gobernabilidad en Castilla y León. "No voy a hacer el caldo gordo a los que quieren que se rompa el pacto. Algo que busca la izquierda y probablemente la dirección del PP", decía el líder de Vox a las puertas del Tribunal Constitucional donde presentaba el recurso número 46 contra el Gobierno de Sánchez rivalizando, también en esto, con los populares.

El PP de Feijóo ha plantado cara a Abascal y se ven ganadores del pulso hasta el punto de que niegan que haya habido una crisis en Castilla y León. En el cuartel general de Génova creen que ya le van cogiendo la medida a cómo plantearse la relación a su pesar necesaria, con la extrema derecha. Pero Vox avisa. A partir de hora van a hacer sudar tinta a los populares en cada ayuntamiento y en cada comunidad autónoma en que los necesiten. Una especie de 'arrieritos somos y en el camino del 28M nos encontraremos'.

"Vamos a ser exigentes", decía Abascal. "Antes de pactar con el PP iremos a pedir permiso al Grupo PRISA o a Ferraz porque no tienen autonomía para pactar con Vox", añadía tirando de ironía. "En el futuro tendremos que revaluar cómo se llega a los pactos con el PP y si tenemos que hacerlo ante notario", atornillaba a continuación su portavoz Iván Espinosa anticipando que piensan elevar la factura tras elecciones municipales y autonómicas de mayo y no lo pondrán fácil.

En la sala de máquinas de Génova lo saben. Mientras con una mano brindan a Pedro Sánchez un pacto para que gobierne la lista más votada en los ayuntamientos, con la otra ofrecen diálogo a Vox.

Si gobierna la lista más votada, a lo mejor muchos del PP no lo logran (Iván Espinosa de los Monteros)

"Desde el diálogo se consigue mucho más de que desde la confrontación", advertía ayer su número tres Elías Bendodo justo después de firmar un acuerdo con los diputados expulsados de UPN para que se integren en sus filas en su estrategia de fichajes para ensanchar su base electoral a derecha e izquierda. Un intento de ponerse la tirita antes de la herida, no vaya a ser. Vox ya avisa que "si gobierna la lista más votada, a lo mejor muchos del PP no lo logran". Podría ser el caso de Castilla-La Mancha o Extremadura y de un buen puñado de capitales de provincia.

La bronca de los presupuestos de Madrid

El banco de pruebas que es el Gobierno de Castilla y León tiene su correspondencia en Madrid. Allí no están dentro del Gobierno pero Isabel Díaz Ayuso está en manos de Vox para sacar adelante cualquier ley. La más importante, los presupuestos regionales de este año, se los han tumbado la extrema derecha a cuatro meses de los comicios autonómicos. Lo mismo le ha pasado al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Ambos se han quedado sin 3.135 millones de euros en un año electoral clave lo que ha provocado un enfado monumental entre las filas populares.

Ayuso les tachó de "insensatos" y de "no estar a la altura" y Feijóo cargó contra Vox por rechazar las cuentas de Madrid y "negar a los madrileños un presupuesto lleno de inversiones".

Pero Vox parece estar cómodo con su estrategia. Consideran necesario marcar distancias con los de Feijóo para taponar la fuga de votos que se le marchan al PP. Un 21,9% según el último barómetro del CIS del mes de enero.

La manifestación del sábado

En el lío de aborto los de Abascal han encontrado una forma de diferenciarse y colocar de paso al PP ante sus propias contradicciones. Si Feijóo acepta ahora la ley de plazos que recurrió en 2010, Vox en cambio defiende que las mujeres no puedan abortar sin el consentimiento de los hombres. Así figura en el veto que han presentado en el Senado a la nueva Ley del Aborto que se aprobará definitivamente a principios de febrero. (Puede consultarlo aquí).

También aprovecharán la manifestación del sábado convocada contra Pedro Sánchez y 'Por España, la democracia y la Constitución' para reivindicarse como los guardianes de las esencias de la derecha frente al Partido Popular. Abascal y todo Vox estarán en Cibeles. Ni Feijóo, ni Ayuso, ni Almeida acudirán para evitar una nueva foto de Colón.