Alberto Núñez Feijóo respaldará al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, tanto si decide echar a su vicepresidente Juan García-Gallardo tras su "deslealtad" con el aborto, como si se inclina por adelantar elecciones pero no forzarán la ruptura de la coalición de Gobierno con Vox. "La decisión es de Mañueco y nosotros le respaldaremos", cuentan desde el núcleo duro de Feijóo.
El Partido Popular aguantará el pulso y esperará a que en todo caso sea la formación de Abascal la que se decida a romper como han amagado estos días. "Si se quieren marchar que se marchen. Es una decisión suya", mantienen desde la dirección nacional del partido. Ellos no lo harán conscientes del coste político que tiene dar ese paso entre el electorado y optarán porque sean los de Abascal quienes se desgasten.
En Castilla y León no están por la labor de adelantar elecciones. Feijóo alejaba ayer esa posibilidad y decía que no veía "indicios" en esa dirección. "Honradamente creo que ese sea un debate que se esté dando en Castilla y León", aseguraba desde Cuenca. Tampoco lo ven en el cuartel general de Génova porque a pesar de todas las zancadillas consideran que el Ejecutivo regional "está funcionando" y la agenda política "no está sometida" a lo que dice Vox. "Vox no nos marca la agenda como sí ocurre con Podemos y Sánchez", insisten esas mismas fuentes. "No se va a romper un Gobierno por una rueda de prensa", añaden.
Si se decidiera a dar ese paso Mañueco tendría hasta el tres de abril para hacerlas coincidir con las municipales y autonómicas de mayo. Antes de apretar el botón nuclear en el entorno del presidente castellano y leonés subrayan que "prescindirán" de Gallardo si sigue insistiendo en sembrar de minas los tres años que quedan de legislatura. A partir de ahí que sea Abascal el que decida si le conviene dinamitar el único Gobierno autonómico que tienen añaden desde Génova.
De momento Vox ha decidido rebajar la tensión y no ha vuelto a insistir con el 'raca raca' de que el protocolo antiabortista se implementará en Castilla y León o con las amenazas de dinamitar el Ejecutivo regional. Su vicepresidente, Javier Ortega Smith, afirmaba ayer que no se plantean ninguna ruptura del gobierno en Castilla y León. Eso sí, por donde no pasan es por asumir que Gallardo mintió con el protocolo antiabortista e insistirán en que el PP "cumpla el pacto que asumió con Vox". Pero nada más.
Gallardo lleva 24 horas callado. Ayer se fue al yacimiento arqueológico de 'Siega Verde' en Salamanca y no dijo ni mu. Su jefe Santiago Abascal ha rescatado la moción de censura contra Pedro Sánchez que anunciaron antes de que terminara el año y que aún no tiene ni fecha de presentación ni candidato pero de la polémica del aborto nada de nada.
Hoy se celebrará un nuevo Consejo de Gobierno en Castilla y León una semana después de que estallara la polémica del protocolo antiabortista El portavoz Carlos Fernández Carriedo del PP comparecerá en solitario para evitar nuevos sobresaltos. Carriedo es el consejero que permaneció callado cuando Gallardo desató la mayor crisis en el seno del Gobierno de coalición hasta la fecha.
Las encuestas son tozudas y todas señalan que el Partido Popular necesitará a Vox para gobernar en un buen puñado de ciudades y Comunidades Autónomas tras las elecciones del 28 de mayo. Lo mismo ocurre con las generales. En este momento demoscópico Feijóo depende de los votos de Abascal para alcanzar La Moncloa. Castilla y León se ha convertido en el banco de pruebas donde ensayar futuros gobiernos de coalición y a pesar de la quiebra de confianza, romper supondría un mal precedente y traería consecuencias a futuro.
Para intentar orillar a Vox como socio de Gobierno y así no espantar a los votantes socialistas a los que quieren atraer, Feijóo lleva semanas defendiendo que gobierne la lista más votada para que los Gobiernos no dependan ni de Vox ni de Podemos. Una propuesta que se plantea de forma recurrente y que nunca ha conseguido llegar a buen puerto.
"El PSOE siempre nos dijo que no a la lista más votada. A mí me interesa la lista más votada. Espero que al señor Sánchez también", reclamaba de nuevo ayer Feijóo desde Cuenca puntualizando que la oferta es exclusivamente para las municipales.
Mientras los socialistas juegan sus cartas y ayer retaban a Mañueco a romper con Vox y gobernar en solitario. Su propuesta pasa por establecer un cordón sanitario a la "extrema derecha" en todos los gobiernos, tanto autonómicos como municipales.
Una oferta que ha rechazado Génova. Consideran que el PSOE sólo busca con ello "crear más ruido mediático" y alargar la polémica del aborto. "Si eso lo hubiéramos hecho hace siete meses estos problemas no se habrían producido", reprochan desde la cúpula del PP.
Los 'populares' consideran que ese pacto para que gobierne la lista más votada y los gobiernos no dependan de partidos como Vox o Podemos debe ser en toda España y a nivel "global", no hacerlo solo en una comunidad concreta como Castilla y León.