Las urnas esperan a Sánchez en 2023: claves que decidirán un año político "intenso"
Las elecciones de 2023 se jugarán en dos ejes: el nacional y el económico, España y la inflación. El tema dominante determinará el resultado.
Las elecciones autonómicas y muncipales de mayo serán el mejor termómetro político de cara a las generales previstas para finales de 2023
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se compromete a no gobernar si no gana las elecciones
“El próximo año apunta a que va a ser intenso”. Fueron las últimas palabras del presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, al concluir su tradicional balance de fin del año. Que lo vuelva a hacer en 2023 es la mayor incógnita política de un año en el que Sánchez se la juega en las urnas. Decir que va a ser intenso es un understatement. Sánchez se queda corto –y lo sabe-. Son tiempos de máxima polarización tras cuatro años de una legislatura también intensa e insólita: primer gobierno de coalición de la democracia restaurada en 1977, pactos con quienes buscaron la independencia de Cataluña en 2017, la peor pandemia en un siglo, una guerra en Europa no vista desde 1945, la amenaza de una crisis energética como la del 73, el regreso de la inflación de hace 40 años e incluso la erupción de un volcán que no rugía desde hace medio siglo.
En 2023 se pondrá a prueba el arriesgado ejercicio de funambulismo del presidente socialista. ¿Castigarán los electores su giro tras las últimas elecciones? ¿El pacto con Iglesias que le quitaba el sueño y los acuerdos con el independentismo? ¿Premiarán el escudo social frente a la pandemia y la inflación? ¿Votarán pensando en el bolsillo o la patria? ¿Pesará más la economía o la España eterna? En definitiva, la pregunta de todas las elecciones: ¿continuidad o cambio?
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Salvo un improbable adelanto electoral, la respuesta a estas preguntas tendrá que esperar hasta finales de 2023, cuando expira la legislatura, pero antes el año irá dejando pistas. Empieza una carrera que la izquierda trata de remontar a una derecha aun insegura de su ventaja en la mayoría de las encuestas. Un año es una eternidad en política y las tendencias puedencurvarse a medida que se acerque la cita electoral. A un primer ministro británico le preguntó un periodista cuál era el mayor reto al que se enfrenta un líder político;“Events, dear boy, events”. Estos son algunos de los “eventos” que pueden determinar quién ganará y quién perderá en la larga carrera electoral de 2023.
Un partido en dos tiempos
Las elecciones autonómicas y municipales de mayo marcarán un antes y un después. El PSOE tratará de mantener sus feudos. No lo tiene fácil en la España interior. Los barones socialistas se desmarcan con golpes de pecho por las cesiones del Gobierno al independentismo. ¿Pagarán por anticipado un castigo a la política catalana de Sánchez o resistirán con su trayectoria y marca local? Si el mapa se tiñe de azul PP, será todo un augurio de lo que le espera a Sánchez a fin de año.
¿Se romperá la coalición en 2023?
La coalición del PSOE con Unidas Podemos ha resultado más resistente de lo que muchos preveían. Veremos si la ciudadanía se ha acostumbrado a esto de airear las discrepancias, un fenómeno común en Europa, pero mal visto en un país que penaliza la división desde tiempos de UCD. Quedan por aprobar leyes como la de vivienda y la ‘ley mordaza’, habrá tensiones hasta el último minuto, pero a estas alturas no parece arriesgado apostar que la coalición aguantará hasta el último día de la legislatura. No hay mejor plataforma política que el Gobierno y cuesta ver lo que ganaría cualquiera de los socios con la ruptura
Proyecto Yolanda
Qué pasará a la izquierda del PSOE será una de las incógnitas más relevantes de 2023. ¿Habrá finalmente un acuerdo electoral entre Yolanda Díaz y Unidas Podemos? Si ‘el-espacio-a-la-izquierda-del-PSOE’ se divide, será muy difícil que Sánchez sume escaños para Gobernar. En este principio de año, la cosa no pinta bien.
La agonía de Ciudadanos
Ciudadanos vive un proceso agónico. El último que apague la luz. Sus antiguos votantes engordan las expectativas demoscópicas del PP, pero no tanto como como para que Feijóo pueda gobernar sin Vox. Los bloques han sustituido a los partidos en España: derecha y ultraderecha, izquierda e independentistas. Los trasvases de voto se mueven dentro de cada bloque. Con una excepción: la huida de voto socialista a la derecha -de confirmarse en las urnas- puede ser decisiva como lo fue en la victoria de Rajoy en 2011. Tanto como saber si despierta de la apatía el votante de izquierdas. Lo primero para ganar las elecciones es que te voten los tuyos, dijo un presidente francés.
El fantasma del referéndum
“Los conflictos políticos no ser resuelven en los juzgados”, argumenta Sánchez para justificar su giro político con triple tirabuzón sobre Cataluña. De prometer un nuevo tipo de rebelión y traer a Puigdemont ante la justicia ha pasado a indultar a los políticos del 1-O, derogar la sedición y rebajar la malversación. El giro radical le ha sostenido esta legislatura, pero puede costarle la próxima. Salvación y condena a un tiempo.
El presidente invoca a su favor la ‘mejora de la convivencia en Cataluña’. Pero el fantasma de una nuevo referéndum promete adueñarse del escenario. “La Constitución no reconoce el derecho a la independencia, podrán reclamar lo que quieran, no se va a producir”, responde Sánchez a ERC. La apertura catalana de Sánchez se ha cerrado en diciembre de 2022. No cabe esperar novedades. Ya no hay presupuestos que negociar. En el horizonte, un cisne negro que quita el sueño a algún barón socialista: ¿qué pasará si Puigdemont aparece en plena campaña con las manos en los bolsillos paseando por Las Ramblas?
La incierta guerra de Ucrania
La guerra es una puerta abierta a una habitación oscura, dijo quien lanzó el peor conflicto de la historia. La invasión rusa de Ucrania tiene a Europa suspendida en la incertidumbre. La UE supera por ahora su adicción al gas ruso con sudores inflacionistas. Ucrania aún cuenta con el firme apoyo occidental y a Moscú le quedan recursos de sobra. La guerra puede ir para largo. Todo es susceptible de empeorar.
¿Continuará la inflación?
Iba a ser un episodio transitorio, decían muchos expertos. Ahora auguran que irá para largo. Gracias a la excepción energética ibérica y a 45.000 millones en sucesivos paquetes de ayuda, España capea el temporal mejor que otros países europeos. Pero el tigre sigue rugiendo y los latigazos para domesticarlo nos llegan en forma de intereses más altos y recesión en el vecindario europeo. La inflación devora gobiernos.
El escaparate europeo
Sánchez culminará los últimos seis meses de legislatura con España al frente de la presidencia europea. La cumbre de la OTAN en Madrid fue toda una demostración de su habilidad para sacarle partido a estos eventos. ¿Dará réditos? Daño no hace. Como ocurrió con Macron en Francia, la presidencia europea se solapará previsiblemente con la campaña electoral. Sánchez no escapará -también es previsible- a los reproches por mezclar actos institucionales y electorales. Tal vez ya esté buscando en ese inglés que tanto juego le da en estas cumbres la mejor traducción del ‘ladran, luego cabalgamos’.