El pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha acabado, otra vez, sin acuerdo. Y eso supone tiene dos consecuencias claras: por un lado, la cúpula judicial todavía no designará a sus candidatos para renovar el Tribunal Constitucional. Y por otro, el Gobierno tampoco podrá hacerlo, ya que tanto los dos candidatos que designa el Ejecutivo como los que parten del CGPJ deben ser ratificados de forma coincidente.
Así lo dictan al menos las actuales leyes orgánicas del CGPJ y el Tribunal Constitucional, las mismas que el Gobierno de Pedro Sánchez quería modificar con su reforma exprés para anular ese requisito. Detrás de esta estrategia hay un problema evidente: que mientras PSOE e Unidas Podemos protagonizan un Ejecutivo de coalición, tanto el CGPJ como el Constitucional tiene mayoría conservadora. La misma mayoría que tumbó el martes la reforma legal que pretendía Moncloa, en una situación que se prolonga con cargos provisionales en algunos casos desde diciembre de 2018. En el caso del Constitucional, son cuatro los magistrados que deben ser ratificados o abandonar el cargo en caso de aprobación por las cámaras.
Así, la potestad del Gobierno de proponer directamente a dos de los candidatos cambiaría la aritmética del Constitucional, que pasaría a tener una mayoría progresista. Sin embargo, para eso es necesario que el CGPJ tambien designe sus dos puestos. Y es ahí donde el pleno de la cúpula judicial permanece anclado desde hace meses, impidiendo la renovación del tribunal de garantías y generando una situación inédita en democracia. En esta ocasión, la reunión comenzó sobre las cinco de la tarde, y tres horas después, el organismo informó de que "realizada la votación, ninguno de los candidatos ha obtenido los 3/5 necesarios para ser designado magistrado del Tribunal Constitucional. César Tolosa y Pablo Lucas han recibido 10 votos y José Manuel Bandrés 7. El vocal Enrique Lucas no ha participado en el debate y votación al ha de comunicado previamente su abstención en el procedimiento".
Según el propio organismo, Tolosa y Lucas han recibido los de los vocales Ángeles Carmona, Nuria Díaz Abad, José María Macías, Juan Martínez Moya, Juan Manuel Fernández, Gerardo Martínez Tristán, José Antonio Ballestero, Carmen Llombart, Wenceslao Olea y Vicente Guilarte. Por su parte, el también magistrado José Manuel Bandrés ha obtenido el respaldo del presidente del CGPJ, Rafael Mozo, y el de los vocales Roser Bach, Mar Cabrejas, Clara Martínez de Careaga, Concepción Sáez, Pilar Sepúlveda y Álvaro Cuesta.
El pasado verano el Gobierno aprobó una modificación de la Ley para que los magistrados del CGPJ tuvieran como fecha límite el 13 de septiembre para elegir a sus candidatos. Pero como la normativa no prevé sanciones si las fechas no se cumplen, sencillamente la elección no se produjo. El entonces presidente de la entidad, el jurista Carlos Lesmes, aseguró que el CGPJ no podía declararse “insumiso” ante la normativa a probada desde las cámaras. Pero en la práctica, así ha sucedido, con un proceso de elección dilatado durante meses, que se aceleró ante la reforma del Gobierno que eliminaba la necesidad de esperar al CGPJ, de mayoría conservadora, para los nombramientos.
La pasada semana y ante la posibilidad de que la reforma del Gobierno fuera aprobada el 22 de diciembre en el Senado, los conservadores pusieron sobre la mesa dos nombres: el de Pablo Lucas, juez del Supremo que se encarga de controlar al Centro Nacional de Inteligencia, y César Tolosa. Hacía semanas que los progresistas hicieron pública su primera lista de candidatos, que se ha reducido a José Manuel Bandrés. Según el organismo, ninguno de los tres ha alcanzado la mayoría necesaria para ser designado, que debe ser de tres quintos de los vocales. Durante la reunión, los representantes conservadores - que firmaron después un voto particular con una queja formal sobre este asunto- intentaron que la magistrada Clara Martínez de Careaga se abstuviera en la votación, a ser pareja de Cándido Conde Pumpido, al que afectarían los nombramientos al Constitucional. Eso, junto a la abstención de Enrique Lucas al ser hermano de uno de los candidatos, habría dejado en diez votos la cifra necesaria para elegir a los dos designados al dejar el pleno en 16 vocales. Sin embargo, la estrategia no ha dado resultado por lo que los dos candidatos del bloque conservador no han salido elegidos, pese a contar con 10 votos cada uno, frente a siete de Bandrés.