"Una reunión poco agradable", así ha definido la magistrada del Tribunal Constitucional, María Luisa Balaguer las casi ocho horas de deliberaciones del Alto Tribunal, en una entrevista en la cadena SER. Ella lo vivió en primera persona. Progresista, es una de los 11 magistrados que decidieron este lunes sobre el recurso del PP contra la reforma del propio tribunal. Ella y otros cuatro compañeros votaron en contra, pero ganó la mayoría conservadora.
Balaguer no oculta su indignación. "No es posible que desde el Tribunal Constitucional se condicione la soberanía nacional. Así no se puede crear un Estado de Derecho", ha dicho la magistrada,que ha adelantado que redactará un voto particular al igual que el resto de sus compañeros del bloque progresista.
Afirma que no se les pasó por la cabeza ausentarse del pleno, para que no hubiera quórum y la votación se anulase. "No nos los planteamos. Nosotros no somos ‘hooligans’. ¿El resto? Prefiero no saber si todos piensan como yo (...) Hay una serie de comportamientos que no deben ser de mi generación", ha dicho.
La magistrada reconoce que se vieron "atrapados por la urgencia de una mayoría" - conservadora- que apremiaba a la votación. El recurso del PP que paraliza la reforma judicial que incluía la renovación del Constitucional se admitió por 6 votos a 5. Dos de los votos conservadores pertenecen a magistrados que han sido recusados y cuyo mandato ha caducado.
Balaguer considera que aunque se apele a Europa, la situación tiene que resolverse en España. "Soy europeísta, pero no tengo esperanzas de que esto se pueda solucionar más allá que internamente", ha asegurado al ser preguntada por una posible apelación al Tribunal Superior de Justicia de la UE. La magistrada ha recordado que la decisión de ayer "es meramente política" y subraya que el Tribunal Constitucional español no es un órgano político.