Son mujeres y hombres curtidos en las misiones más difíciles pero, por unos minutos, estos militares se han conmovido y evadido de los conflictos que les mantienen lejos de sus países y sus hogares. Y qué mejor que en un bosque nevado de Letonia, que tanto evoca a la Navidad, para felicitarnos las fiestas de parte de la OTAN.
Una veintena de soldados de diferentes nacionalidades, entre ellos tres españoles, han cantado un emotivo villancico. Unas fechas en las que otros militares que están también de misión vuelven a casa después de meses separados de sus familias. Mientras tanto, la guerra en Ucrania continúa y ya está cerca de cumplir diez meses.
El buque atraca en el puerto de Ferrol, en A Coruña. Y sí, ahí están. Los 226 marineros que llevan cuatro meses de misión OTAN en el Mediterráneo son recibidos con la mayor de las sonrisas.
Bueno, sonrisas y lágrimas, de emoción, como las de un padre y su hija que por fin pueden darse ese abrazo tan anhelado. Además, la pequeña ya puede entregarle la felicitación navideña que le ha hecho en su ausencia.
Esperan los hijos, como el menor cuyo padre es el comandante de la fragata 'Cristóbal Colón'. El progenitor, Alejandro Ferreiroa, una vez en tierra, asegura que "es, sin duda, una fecha estupenda para acabar la misión".
Esperan las parejas, como la mujer que recibe a su marido con "muchísima alegría". Un esposo que, además, tiene un regalo navideño nada más bajar del barco. Con un niño más en la familia, afirma que "no había visto a mi mujer todavía estando embarazada así que nada, una grandísima alegría".
Y así uno a uno, decenas de historias personales y de reencuentros felices porque el hijo, la madre, el novio o el padre han regresado por Navidad.