El Ejecutivo de Pedro Sánchez tiene intención de seguir adelante con el impuesto a la banca pese a las advertencias del Banco Central Europeo. El organismo pide explicaciones más claras sobre este gravamen y advierte de que las entidades lo podrán repercutir a sus clientes.
La postura del BCE es un varapalo al Gobierno de España. El Banco Central Europeo critica tanto la forma como el fondo del impuesto a la banca y pide un análisis más exhaustivo y que el Ejecutivo valore las consecuencias que podría tener, tanto para el sector financiero como para el crecimiento real de la economía.
Además cree el BCE que este impuesto lo acabarían pagando los clientes de las entidades, algo que, por cierto, considera legítimo. Sin embargo, el Gobierno de Pedro Sánchez asegura que eso no pasará. No obstante, el dictamen europeo no es vinculante.
La norma sigue su tramitación en el Congreso de los Diputados tras rechazarse este jueves la enmienda de Ciudadanos, con la abstención del PP. De aprobarse, el nuevo impuesto se aplicará en 2023 y 2024 a las entidades con ingresos iguales o superiores a 800 millones de euros.
Todo esto se produce en un momento en el que España está a punto de pedir el tercer tramo de los fondos europeos. Bruselas recuerda que antes de recibirlo habrá que justificar que todo lo gastado anteriormente antes de que acabe noviembre.
La vicepresidenta Nadia Calviño recuerda que sobre el uso de los fondos de recuperación "nosotros estamos cumpliendo con todos los hitos y objetivos y estamos finalizando la preparación de la tercera solicitud de pagos. España es el país que va más adelantado".
La Comisión Europea insiste en que si no se justifican los gatos, castigará a los incumplidores con recortes.