El 2023 podría ser un buen año para el campo en España, según la predicción de las cabañuelas. Este método popular basado en la observación del tiempo anticipa que el próximo año tendremos más lluvia, poniendo fin a la preocupante sequía de 2022. Pero, ¿cómo funcionan?
Las cabañuelas son el cálculo popular basado en la observación de los cambios atmosféricos en los 12, 18 o 24 primeros días de los meses de enero o de agosto, para pronosticar el tiempo que hará los meses siguientes, a grandes rasgos.
Este año hidrológico (período de 12 meses que comienza el 1 de octubre y finaliza el 30 de septiembre) no ha sido precisamente muy generoso en lo que a lluvias se refiere. A finales del verano, nuestros embalses se encuentran al 35 % de su capacidad, con las cuencas de algunos ríos importantes vacías casi por completo.
Al campo le hace falta mucha agua por lo que los agricultores tienen la vista puesta en el cielo, algo que también han hecho este agosto los "cabañuelos", esas personas que han heredado el saber ancestral de sus antepasados para "leer" el cielo y pronosticar qué tiempo hará en 2023.
Se trata de estar atentos a las "señales de la naturaleza" casi todo el mes de agosto. Estudian el viento y las nubes, así como el comportamiento de los animales o incluso el análisis de piedras en la zona, según recoge Efeagro.
José Buitrago es conocido como "El cabañuelo de Mula (Murcia)", cuarta generación de una familia en la que siempre se han hecho estos pronósticos, y en su caso la particularidad es que las calcula para el periodo septiembre 2022-agosto 2023 y para toda la península ibérica.
El análisis que hace del cielo entre el 2 y el 12 de agosto corresponde al pronóstico para la primera quincena de cada mes en orden ascendente: septiembre, octubre, noviembre y así sucesivamente; y del 13 al 23 de agosto corresponde a la segunda quincena de cada mes en orden descendente.
En declaraciones a Efeagro, este murciano asegura que "la naturaleza es muy sabia, con lo cual hay que saber o aprender a interpretar su lenguaje" durante "todo el año" para "luego confeccionar las cabañuelas con más certeza".
Según sus predicciones, este otoño las lluvias aparecerán pronto y serán generosas por todo el territorio, con un frío que aparecerá en la segunda quincena de noviembre trayendo las primeras nevadas de consideración por la mitad norte y zonas de Andalucía.
Para invierno prevé lluvias con temporales y abundantes por casi toda la península y habrá nevadas copiosas y "muy generosas".
En primavera aparecerá pronto el calor por el sur y el centro, con tormentas y granizadas; mientras que el verano será "muy caluroso" y con algunas tormentas "fuertes" cargadas de "aparato eléctrico", especialmente en el este.
Juan Miguel de los Santos, profesor de Secundaria en Valverde del Camino (Huelva), es otro aficionado a este método y, en su caso, hace las predicciones para su zona y para 2023.
Hace el estudio del 1 al 25 de agosto: el 1 de agosto analiza enero; 2 de agosto, febrero y así hasta llegar al 13 de agosto que comienza con "los retornos" de tal forma que ese 13 es diciembre y el 14 de agosto corresponde a noviembre de 2023.
Está "muy contento" porque sus cabañuelas le han dado resultados "halagüeños" con un cambio de tendencia a partir de abril, cuando habrá más lluvias.
Es más, estima que "los pantanos se llenarán" pero habrá que esperar para ello a finales de 2023.
De los Santos indica que la "única herramienta" que tiene son sus ojos para "mirar el cielo y ver la dirección del viento, la presencia de nubes, su color o el tiempo que permanecen en el cielo". Con todo, consigue tener, dice, unos aciertos en sus predicciones "superiores al 65 %".
José García se aficionó a las cabañuelas gracias a su suegro que era un apasionado de este saber y este año no podía faltar a su cita con las predicciones que, en su caso, se circunscriben a su zona (norte de Córdoba) y también para el año natural enero-diciembre de 2023.
Su sistema es parecido al resto, con análisis del 1 al 25 de agosto, al incluir las retornas, pero su particularidad es que el 1 de agosto es el "día universal" y, por ejemplo, las horas del 2 de agosto (de las 00 a las 24 horas) van reflejando cómo será enero del 1 al 31.
En las retornas, el 25 de agosto vuelve a estudiarse cómo irá enero, pero en este caso el transcurrir de las horas (00 a 24 horas) reflejan cómo será el tiempo del 31 al 1 de enero.
Según estima, en enero y febrero los fenómenos más destacados serían tormentas y algo de nieve; las segundas quincenas de marzo y abril traerían "algo de agua"; del 1 al 21 de mayo, "puede haber algunas precipitaciones"; un verano de calor y algunas tormentas en agosto; y ya desde septiembre a diciembre habrá semanas con posibilidades de precipitaciones, especialmente el mes de diciembre.
García también analiza la luna llena de octubre (si llueve indica que lloverá en siete de las siguientes ocho lunas llenas) y de los cambios de estaciones.
Defiende este saber ancestral y aunque admite que no acierta "el 100 %", se conforma con llegar al "50 %".