La princesa Leonor sorprendió a todos en los premios princesa de Girona. No solo porque su excelente dominio de los idiomas, en especial el catalán, volvió a quedar demostrado, ni por un discurso en el que se acordó de su hermana y de los jóvenes ucranianos cuyas vidas han quedado rotas por la guerra. Un discurso en el que Leonor mostró más serenidad, y el mismo tono serio y escasamente expresivo de su padre. Directa y eficiente.
Pero no fue solo su discurso lo que sorprendió a todos sino su aspecto. Su look de princesa de cuento como lo ha calificado parte de la prensa internacional. Ya en la Edad Media, el matemático Leonardo de Pisa logró encontrar el coeficiente con el que calcular la belleza. Difundió en Europa la utilidad práctica del sistema de numeración indo-arábigo frente a la numeración romana, y fue el primer europeo en describir la sucesión numérica que casualmente lleva su nombre.
Se conoce como Sucesión de Fibonacci que tiene en cuenta 12 marcadores que detallan con exactitud las proporciones que existen entre los labios, la nariz, las cejas, la frente y las mejillas. Teniendo en cuenta los datos sustraídos sobre las proporciones que presenta la cara de Leonor, la fórmula la califica con un 8,48 sobre 10, según ha publicado El Español. De hecho, su belleza ha hecho que muchos la comparen ya con Marisol en su juventud.