Cada vez que el presidente de Estados Unidos decide moverse por carretera lleva consigo una comitiva de vehículos le acompaña. No suelen ser menos de 50. De hecho hay dos bestias para salvaguardar la seguridad del presidente de EEUU. No es baladí teniendo en cuenta finales trágicos como el de JFK en la época moderna, una falla imborrable en los servicios secretos americanos.
Las caravanas presidenciales en el caso de los mandatarios estadounidenses han ido creciendo con el paso de los años desde los 24 vehículos que acompañaban al vehículo de George W. Bush a los 30 de Barack Obama. Ya con Donald Trump, que estrenó el actual modelo de Cadillac presidencial, las escoltas rondaron los 40 vehículos.
En la caravana que rodea a Joe Biden en la Cumbre de la OTAN hay coches interceptores, furgonetas de comunicaciones y camionetas con armas pesadas. Muchos son los ciudadanos sorprendidos ante tanto despliegue (y la permisividad con la contaminación de la bestia).
Tal vez se hayan dado cuenta de que en la caravana los coches no viajan en fila india nunca. Todas las motos y coches que acompañan a Joe Biden tienen nombres claves.
En la parte delantera de la comitiva viajan coches de policía o de Guardia Civil locales. La razón es evidente, conocen las calles de Madrid y las rutas establecidas. Nada es más seguro. Estos tres van en fila india, los únicos en toda la comitiva, que se desplaza en grupos que ocuparán todo el ancho de la calzada.
Detrás de ellos van motocicletas en forma de abanico, ocupando el ancho de toda la comitiva. Y tras ellos, los dos vehículos blindados.
Justo detrás de las limusinas van los vehículos que transportan a los miembros del servicio secreto y tras ellos el coche que realiza barridos de frecuencias y medidas electrónicas a su paso, según desvela OK Diario.
A ambos lados de ellos va el personal militar de contra asalto. No falta un un camión anti NBQ, cuyos ocupantes serían los encargados de actuar en caso de ataque químico o biológico. Y por si falta algo, el AWACS vigila desde el aire.