Madrid acoge esta próxima semana la cumbre de la OTAN, una cita que llega cuatro meses después de que Moscú comenzara en Ucrania el mayor desafío a la seguridad de Europa. La invasión rusa será el tema estrella a tratar, pero no el único. Los líderes también hablarán de la delicada situación de la frontera sur de la Unión Europea, en Ceuta y Melilla, tras la tragedia en la valla de esta última ciudad autónoma.
La alianza insiste en que los aliados seguirán apoyando al Ejército ucraniano y que están preparados para afrontar cualquier escenario. De momento, trabajan con la idea de que el conflicto armado puede prolongarse meses e incluso años.
Es cierto que esta guerra en Ucrania está poniendo en jaque a las economía europeas y sus consecuencias las estamos notando los ciudadanos en nuestros bolsillos. Eso sí, la OTAN destaca que el deber político y moral pasa por continuar respaldando a Kiev, enviando armas, y por estar listos ante los imprevisibles desenlaces.
Una inflación galopante, una crisis energética, tensiones migratorias y, animándolo todo, una guerra a la que no se le ve el final. A la OTAN que se reúne en Madrid no le falta de nada.
La organización aprobará una nueva hoja de ruta ante un mundo totalmente distinto puesto que la guerra ha cambiado por completo el mapa geopolítico internacional y ha modificado también las prioridades en materia de seguridad.
Su vicesecretario general, Mircea Geoana, admite a Mediaset España que afrontan una cita crucial, con idea de atender la sacudida geoestratégica en todos sus frentes, incluida la frontera sur, petición expresa de Pedro Sánchez.
"Nos tememos una guerra larga. Y sólo Rusia puede decidir cuando termina esto. Ellos empezaron, ellos deben pararlo. La OTAN es una alianza que mira a todas las amenazas y de todas las direcciones. La del este por Rusia, pero la del sur es inmensamente importante para nosotros. Y es algo que quedará reflejado apropiadamente", subraya el número dos de la alianza.
Con respecto a Putin, lo más candente, la OTAN insiste en que debe continuar el envío de armas. No prevé que ataque su territorio de forma inminente, pero sí cuenta con que intente hacerse notar en la cumbre. "Si fuera por Rusia, ellos intentarían interferir", avisa Geoana.
La capital española será un bunker esta semana. Se esperan 44 delegaciones de todo el mundo, por lo que le precede un despliegue de seguridad sin precedentes. En la ciudad se ven ya controles, policías, helicópteros por todas partes. Además, se ha extremado la seguridad frente a ciberataques, hay un plan especial de transportes y se ha aconsejado el teletrabajo. Los primeros actos son ya este lunes.