Saltó a la primera plana de la esfera política el día que rechazó la oferta de coalición que le propuso el por entonces vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias. Esa defensa de la independencia de Más Madrid, sumada a la reivindicación feminista de que las mujeres no necesitaban la tutela política de ningún hombre, la impulsó en las elecciones del 4 de mayo a ser la líder de la oposición. Sin embargo, Mónica García, (Madrid, 1974) no es una política al uso. Hasta esta semana ha compaginado su labor en la Asamblea de Madrid con su profesión de anestesista en el Hospital 12 de Octubre, donde vivió en primera línea la lucha contra el covid. Esta antigua portavoz de la marea blanca que se define como médica y madre antes que otra cosa ha recogido en Política sin anestesia (Plaza & Janés, 264 págs) sus reflexiones en la primera línea de la actividad política y cómo pretende cambiar la vida de la Comunidad de Madrid en las elecciones autonómicas de 2023.
Pregunta: La anécdota del taxista y contraponer el prestigio de la medicina con el descrédito de la clase política. Es curioso que una política no profesional quiera recuperar la dignidad de la política.
Respuesta: Yo escribo el libro para hacer un alegato de la buena política. Una defensa del uso en política de otras herramientas que utilizamos en la ciencia y en la medicina para que trabajar a partir de una base de conocimiento. La política no puede ser un caldo de cultivo de la ignorancia o la confrontación como un reality show. Hay que dignificar la política porque nos va la vida en ello. De la misma manera que en los avances científicos nos va la vida, en las políticas públicas también. Por eso hago esa defensa de la buena política y del arte noble de lo que debería ser la política.
P: ¿Por qué crees que no es así?
R: Hay intereses en que sea un coto privado de unos cuantos que lo deciden todo y te hacen ver que no tiene nada que ver con las preocupaciones ni con los problemas de la gente. Pero nada más lejos de la realidad.
P: Una anestesista no lidera en un quirófano, pero ahora te ha tocado ponerte al frente de Más Madrid y liderar la oposición. ¿Hay vértigo en algún momento?
R: Una de las cosas que cuento en el libro es que el anestesista es el que se encarga de la homeostasis, que es el término médico que alude al equilibrio del paciente y también dentro del quirófano. De alguna manera, la política también debiera ser así. Mantener los equilibrios en una sociedad igualitaria. Desde la oposición, nuestra labor es fiscalizar al gobierno, que en el caso de la Asamblea de Madrid es llevar esas políticas a lo concreto lejos de ese titular fácil del PP. Pero lo que nos hemos encontrado es todo lo contrario. Un gobierno que está intentado fiscalizar y hacer bullying político a los adversarios para deteriorar el noble arte de la política. Esto sirve para que no se conciba la política como una herramienta transformadora, que es como lo concebimos nosotros. En ese bullying político no solo pierde la que es acosada. Aquí perdemos todos los que creemos que la política es otra cosa. Nosotras creemos que los parlamentos son espacios confrontativos de ideas y de modelos sociales, pero esto es algo muy distinto porque buscan convertirlos en un lugar barra brava, de hostilidad e insultos, de mentira y bullying.
P: ¿Y en lo referente a los liderazgos interno?
R: Esa parte tiene que ver con cómo una formación política tiene que ver con cómo consideras que tiene que ser una formación política también Yo considero que tiene que asemejarse lo más posible a lo que estás reivindicando fuera. En ese liderazgo es verdad que nosotros tenemos una buena amalgama de talentos y de inteligencia colectiva. Intentamos sacar de cada uno de los miembros de Más Madrid, ya no solamente del grupo parlamentario en la Asamblea, sino de nuestros concejales y de nuestros militantes. Queremos que sea un espacio un ágora realmente de política, donde se hable de política, donde no se hable de politiqueo, donde estemos siempre poniendo el partido o la organización política que tenemos siempre al servicio de ser una herramienta para la gente. Queremos salirnos de ese ombliguismo en el que al final acaban todos los partidos de estar todo el rato mirándose a sí mismo en lugar de mirar hacia fuera. Yo lo comparo con hacer política con un espejo o un cristal. Nosotros queremos hacer política con un cristal y ser el reflejo de lo que de lo que, de las necesidades de la gente. Y el liderazgo de la oposición tiene que ver con eso. Depende de cómo ejerzas tu liderazgo, así se conformará también una organización política.
P: Dices que os gusta hacer política ante el cristal, pero esta semana han salido unas acusaciones sobre coacción a militantes para que entreguen cuotas y una presunta asamblea ilegal para validar la candidatura de Más País a las elecciones de noviembre de 2019, ¿qué tiene que decir al respecto?
R: Son unas informaciones difamatorias de tres tránsfugas compinchados con Almeida para atacar a Más Madrid. Últimamente tanto Ayuso como Almeida están más pendientes de hacer de oposición de la oposición que de gobernar. No tenemos ningún problema. Más Madrid tiene cada papel en regla y estamos orgullosos de donar parte de nuestro salario para no depender de bancos o cajas B. Mucha suerte a quienes crean que nos van a achantar este tipo de bulos.
P: Dices que se te da mal competir y sin embargo ahora en la política estás en la competición más exigente de todas...
R: Hace poco la señora Ayuso me dijo algo así como que “había que venir llorado de casa”. Que no aguantaba la presión y que la política es un lugar hostil y duro en el que lo mejor es que no te metas. Esto es una doble amenaza. Primero que la gente normal no se interese por la política y que quien esté preocupado por el futuro de sus hijos o por las cuestiones centrales se lo piense dos veces a la hora de presentarse. Yo siempre pongo el ejemplo de que más del 90% de los jóvenes no cree que la política le vaya a resolver los problemas. Ojalá la política fuera una competición de ideas y una competición en el noble arte del ejercicio de la política. Nuestro objetivo es que la política sea más útil que hostil. En el libro yo cito el ejemplo de las artes marciales, que son un deporte duro con unas reglas claras en el que si no haces juego sucio el espectáculo es muy bonito. Pero en el momento en que te saltas las reglas y empiezan los golpes bajos se vuelve un espectáculo feo. Tratan de convertir la política en eso y nosotros queremos reconstruir la política en otros términos.
P: Has hecho mucho hincapié en tu faceta de madre como un rasgo constitutivo de tu liderazgo, ¿qué aporta una mirada maternal a la hora de dirigir la comunidad más rica de España?
R: Para mí ser médica y ser madre son dos de los atributos que me atraviesan a la hora de hacer política. La maternidad también es un asunto político no es algo de las que señoras que están dentro de casa y que se apañen ellas. También porque creo que tengo una mirada en la política que tiene que ver con cuál es el futuro que le quiero dejar a mis hijos ¿Yo por qué hago política? Pues porque quiero dejar una herencia una social, que creo que es la mejor herencia que podemos dejarles. La maternidad es un sujeto social en el que intervienen las políticas de conciliación, de igualdad, de natalidad… Yo le doy una prioridad a la conciliación tanto dentro de la campaña como fuera de la campaña yo me reservo el horario que estoy con mis hijos. Lo considero igual o más importante que las reuniones o las entrevistas. Y para eso tengo que tener una comunidad que es, en este caso, mi organización política, que esté sintonizada con eso, que lo entienda y que comprenda que los cuidados no es una cosa mía, es una cosa de la sociedad y que eso trasciende también tipo de políticas que hagas. Por ejemplo, ¿cómo ordenas la ciudad? si la ordenas para los niños y las niñas con los parques, o para los jóvenes y los adolescentes o la ordenas para los coches, si la ordenas para los fondos buitre o la ordenas para los derechos de tener un acceso a la vivienda… La política no debería olvidar ese punto empático.
P: Hablas del resultado de Más Madrid en la Cañada Real como una pequeña victoria moral, ¿Por qué ese empeño en hacer bandera de algo que no moviliza votos como la situación de la Cañada?
R: Eso se me quedó grabado, cuando vinieron ellas a festejar nuestros resultados y vimos a gente de 40 o 50 años que nunca habían votado y que lo hacían con una ilusión tremenda. Creo que la política más bonita que se puede ejercer es la más invisible. Son las transformaciones dentro de los barrios más necesitados. Conseguir que el 86% del absentismo del sur se revierta dentro unos años eso no ocupar titulares pero es muy importante. En la Cañada Real nos hemos encontrado a gente maravillosa y absolutamente empoderada. Unas mujeres que, toda vez que les quitan la luz deciden hacer política de barrio y cotidiana que nosotras utilizamos para hacer política institucional. Todo esto ocurre en un entorno de exclusión social, donde todos los estudios dicen son entornos no politizados. Es la pescadilla que se muerde la cola. “Como nadie se preocupa de mis problemas no voto y como no voto nadie se preocupa de mis problemas”. Si tuviera que describir un logro político me quedo con eso, aunque sé que no es un logro electoralista, que tiene las patas muy cortas.
P: Se te ha acusado de izquierda caviar y de pija, y sin embargo, aseguras que lo normal para ti es defender los valores de los más desfavorecidos. Esto resulta muy difícil de entender para mucha gente.
R: Le genera contradicciones a aquellos que piensan que una vez que has adquirido un estatus social solo tienes que interesarte por tu individualidad. Nosotros defendemos que desde cualquier posición social, sobre todo si son holgadas como puede ser la mía, se tiene muchísima más capacidad para darle voz a quienes no tienen voz. Yo tengo muchísima más empatía a la hora de ponerme en los zapatos de aquellos que no han tenido las oportunidades que he tenido yo o no han tenido la suerte que he podido tener yo. En este sentido, lo que es contradictorio es por qué una persona que tiene de alguna manera la vida resuelta, se le presupone que ya no tiene que fijarse en el vecino. La pandemia nos ha enseñado que lo que te pase depende de lo que le pase al vecino. Preocuparse por la sociedad, preocuparse por la igualdad, preocuparse por aquellos que no tienen oportunidades o no se las estamos brindando es de sentido común. Quien no lo entiende así y cree que su posición es resultado de una falsa meritocracia se equivoca. Mi mérito es primero social, luego haber tenido un entorno de protección y luego individual pero lo último es lo individual. Por eso considero que le debo devolver a la sociedad las oportunidades que me ha dado. ¿Cómo lo hago? Pues intentando que todo el mundo tenga las mismas oportunidades que yo.
P: En el libro criticas el uso del concepto de libertad que hizo el PP durante la campaña electoral.
R: La mayoría de los conceptos que utiliza la parte más reaccionaria de España, y Ayuso es una de sus mayores banderas, no tienen ningún sustento conceptual más allá de la protección de los privilegios de unas élites. No hay ningún interés en la gestión ni en la participación política ni en la política en sí misma. Ayuso está subida en una ola reaccionaria y por eso explotan la mentira y el desgaste del adversario político. Nosotros planteamos otra fórmula y otra herramienta y otra receta. Creemos que es muchísimo más rompedor hacer política y hablar de la vida cotidiana de la gente y utilizar la política para mejorar la vida de la gente, que es para lo que nos han votado, no para hacer titulares huecos ni para estar hostigando al rival. Es cierto que le dio un gran éxito electoral pero que está mermando la capacidad que tienen los ciudadanos de ver resueltos sus problemas.
P: ¿Crees que sin la pandemia hubieras llegado al liderazgo de Más Madrid?
R: Yo estoy aquí una suerte de carambolas. Si me hubieran preguntado hace siete años si mis aspiraciones políticas eran ser líder de la oposición, te hubiera dicho que no. Hay una serie de carambolas. Yo soy experta en política sanitaria y se da una circunstancia que en la que a la gente le interesa lo sanitario y lo político. No quieres saber únicamente cuál es la solución sanitaria a la pandemia, que si una vacuna u otra, sino también quiere saber cómo es la gestión política de esa pandemia. Lo que afecta al final la salud de una población tiene que ver con una serie de condicionantes sociales, como los ERTE salvan gran parte del tejido laboral de este país, cómo los confinamientos aplicados de una manera u otra hacen que haya regiones como la Comunidad de Madrid que tengan el mayor exceso de mortalidad de toda Europa durante la pandemia. Es decir, cómo la aplicación de las políticas públicas afecta a la sanidad y a otros elementos. En ese sentido, yo tengo varias respuestas que dar en la pandemia, una sanitaria y otra político-sanitaria. Es cierto que mi estilo de confrontar con Ayuso, basado en el rigor científico y el suyo basado en la propaganda hace que tenga cierta visibilidad y que la gente se identifique con otra manera de hacer política. Eso me da un respaldo que me ha traído hasta aquí.
P: ¿No haces bandera entonces de la meritocracia para haber llegado hasta dónde estás?
R: Es que la meritocracia, y esto también lo digo mucho en el libro, no es individual. Yo creo que la meritocracia es colectiva y puedo hacer gala de un grupo parlamentario que es maravilloso en términos humanos y de talento. Lo vimos en la en la campaña y yo hablo del equipasso que me acompaña. Todos en nuestro papel hemos logrado hacer un engranaje, no te diría perfecto, pero sí bastante solvente y riguroso. Somos una comunidad política de lo mejorcito que hay en Madrid y por supuesto es muchos parlamentos. Los liderazgos surgen no solamente de la parte individual, sino también de un trabajo colectivo de toda nuestra comunidad política y de un equipo que me acompaña y que es parte del mérito y el éxito colectivo que hemos tenido.
P: Y con ese grupo parlamentario tan maravilloso como señalas, ¿ves cabida para sumarte a la plataforma de Yolanda Díaz con Unidas Podemos?
R: Nosotros ya sumamos en Madrid. Más Madrid es el elemento aglutinador de la ilusión de los diferentes actores políticos progresistas que quieran sumar en Madrid. Más Madrid es la alternativa y el referente más realista y sólido que hay ahora mismo para hacerle frente, no solo como oposición a Ayuso, sino como la alternativa más real de gobierno. Esto nos lo reconoce la gente. Hemos sido capaces de sumar a toda la gente que no estaba politizada y nos decía “yo antes no estaba en ningún partido y quiero unirme a vuestra comunidad política” o “yo antes no votaba y os voy a votar”. Esto tiene una receta muy fácil. Estamos más pendientes de proponer soluciones que de proponer siglas y pensar en las elecciones. A este respecto, hemos demostrado en Más Madrid que somos la alternativa al gobierno desfasado de la señora Ayuso.