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El tiempo está siendo muy cambiante esta primavera en España. Tras un otoño e invierno secos, marzo trajo de vuelta las lluvias, y a pesar de las idas y venidas del anticiclón con ambiente caluroso y estable, el agua no ha faltado desde entonces. ¿Qué nos espera entre mayo y julio 2022? Estas son las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
La primavera está siendo la más lluviosa desde que se tienen registros en algunas zonas de España. En la Comunidad Valenciana, aunque no lloviera un solo día más, las cantidades de agua ya superarían las de toda la serie histórica.
Siguiente a un marzo y abril generosos en precipitaciones, mayo ha arrancado con tormentas generalizadas por el paso de borrascas por nuestro país. Aunque esto podría cambiar de ahora en adelante.
Las previsiones de la Aemet apuntan a un trimestre mayo-junio-julio más seco de lo habitual (periodo de referencia 1981-2010) en el oeste peninsular y en Baleares, mientras que en el Levante y el noreste peninsular, así como en Canarias, no se muestra una tendencia clara, por lo que en principio las lluvias podrían ser normales en cuanto a cantidades.
Respecto a las temperaturas, “hay una alta probabilidad de que la temperatura se encuentre en el tercil superior en toda España”, ha dicho la Aemet, lo cual quiere decir que superarían la media histórica del trimestre. Esto sería así con un 70 % de probabilidad en la mitad sur peninsular y la franja central, así como en Baleares, y con un 50 % de probabilidad en el resto del país.
La buena noticia es que llegaremos al verano con una situación menos dramática de la que se esperaba inicialmente por las lluvias caídas en los últimos meses. Los embalses se han recuperado y la reserva de agua está casi al 50 % de su capacidad (aunque todavía muy por debajo de la media de la última década), lo cual ha supuesto un alivio en el campo.
No obstante, hay que recalcar que lo contrario a lo que ocurre en el sur, el este y el centro de España está ocurriendo en el norte. En Galicia y gran parte de Asturias la vegetación amarillea tras varias semanas de precipitaciones escasas, y el Índice de Precipitación Evapotranspiración Estandarizada delata ya una sequía meteorológica a principios de mayo.