El vórtice polar es un fuerte indicador del tiempo que podemos esperar en el hemisferio norte en la primavera. Durante las últimas semanas, un calentamiento estratosférico ha provocado que la circulación de este cinturón de vientos que rodea el Ártico se debilite y se empiece a “romper”. ¿Qué es este fenómeno y cómo va a afectar a España?
El vórtice polar es una cadena de vientos atmosféricos que circula alrededor de los polos, en latitudes medias o altas. Cuando el vórtice polar es fuerte, el aire frío y las bajas presiones quedan “encerrados” en el Ártico, lo cual suele suceder en el invierno, dado que el Polo Norte apenas recibe luz solar y se enfría drásticamente, por lo que crece el contraste entre las masas de aire en las latitudes polares y las latitudes medias.
Cuando se produce un calentamiento súbito estratosférico, estos vientos circumpolares se debilitan y la corriente en chorro polar se desplaza hacia el ecuador.
Como consecuencia, actualmente se ha establecido sobre Groenlandia un potente anticiclón que está obligando al aire frío y las borrascas a circular en latitudes más bajas, y dividiendo así el vórtice polar en dos.
Por un lado, el frío circulará esta primavera por el este de Canadá, canalizándose hacia el sur. Al otro lado del anticiclón, las borrascas circulan entre los países escandinavos y Siberia, y el frío ártico empezará a llegar a gran parte de Europa próximamente.
A partir del viernes, el primer día de abril, llegará a España y prácticamente toda Europa una masa de aire muy frío procedente del Ártico que causará un desplome generalizado de las temperaturas y un regreso de las heladas y las nevadas, que se producirán en cotas inusualmente bajas para estas fechas.
En gran parte de la Península, las temperaturas serán propias de pleno invierno, con valores hasta 15 ºC más bajas de lo habitual, y habrá nevadas a partir de los 400 metros de altitud, áreas montañosas de la mitad norte peninsular, esperándose que sean más copiosas en la cordillera Cantábrica y en Pirineos, según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
La semana que viene, los vientos del norte se irán debilitando y se acercará una borrasca al Golfo de Cádiz que hará que las temperaturas se vayan recuperando a partir del día 4. Las lluvias seguirán en el sur peninsular, mientras que las nevadas serán cada vez más probables.
La irrupción de las masas de aire ártico, por otro lado, durará poco. Según el pronóstico del modelo europeo ECMWF, la Semana del 11 al 17 de abril, cuando se celebra la Semana Santa, una dorsal anticiclónica podría adentrarse en España y favorecer la entrada de masas de aire cálidas y estables que bloqueen las precipitaciones durante los días festivos.