EEUU, con más frío que en la Antártida: un vórtice polar pone al país en jaque
Informativos Telecinco
30/01/201918:27 h.Estados Unidos se congela. La mayor ola de frío ha obligado a decretar la emergencia nacional e instar a los ciudadanos a no salir de sus casas debido al alto riesgo de congelación. En muchas regiones llegarán a los 40 grados bajo cero, azotadas por un vórtice polar que ha congelado lagos y ríos a lo largo de la región.
‘El 75% de la población de Estados Unidos sufrirá temperaturas bajo cero esta semana’, alertaba CNN. Y la ola polar ya está aquí dejando temperaturas extremas que están paralizando al país.
Con las carreteras llenas de nieve, los accidentes automovilísticos se multiplican, al tiempo en que los aviones casi parecen patinar sobre las pistas de aterrizaje mientras las máquinas quitanieves trabajan a destajo, saturadas en su intento de mitigar levemente los efectos de este temporal.
Ya se cuentan por miles los vuelos cancelados; concretamente, más de 2.700, la mayoría en Chicago. Pero éste es tan solo un ejemplo del bloqueo que sufre el país a todos los niveles. En el caso del tren, se intenta con fuegos provocados calentar algunas vías para evitar que éstas se congelen; una misión prácticamente imposible, habida cuenta de que la situación, lejos de mejorar, empeora por momentos.
Peor tiempo que en la Antártida
En estas circunstancias, ponerse al volante de un vehículo es como conducir hacia la boca del lobo; hacia un destino abocado a un accidente inminente. Míchigan, Dakota del Norte, Tennessee, Illinois… La mitad oeste de los Estados Unidos sufre la peor parte de esta ola polar ártica sin precedentes que afectará a más de ochenta millones de personas.
Resulta casi increíble, pero hoy en la Antártida hace mejor tiempo que en muchos puntos de Estados Unidos, y lo peor está por llegar. La situación es tan extrema que se suceden las alertas a la población del peligro que supone permanecer al aire libre, donde la congelación puede llegar en cuestión de minutos.
Una imagen vale más que mil palabras
Desde las redes sociales, las imágenes de los usuarios dan cuenta desde la resignación de este frío desolador sin precedentes. No hay nada como las instantáneas de todos aquellos que se están enfrentando al vórtice polar para ilustrar sus efectos.
Todos intentan prepararse y abrigarse como pueden para combatir el frío.
En Chicago, incluso, hay quien celebra llegar hasta el establecimiento más cercano para conseguir algo de bebida y alimento.
Y el vórtice no solo se queda en Estados Unidos. Igual o más crudas son las consecuencias en su país vecino, Canadá.
“Hace taaaaanto frío. ¿Cuánto frío? Hace taaaaanto frío que esto está pasando”, escribe Colin Lovequist en Twitter dejando una imagen tan cotidiana como impactante…
Así está la situación. Hasta los retretes se congelan en la localidad canadiense de Regina.
La reacción al frío extremo
Mal abrigado, a 40 bajo cero, es cuestión de segundos que estalle una tormenta dentro de nuestro organismo. Taquicardia, temblores, aturdimiento, dificultad para moverse… “Todo eso son síntomas de hipotermia que pueden llegar al final incluso a la muerte”, subraya Santo Área, ex guardiacivil de montaña.
En esa situación todas las alarmas se activan en el cuerpo humano. “El organismo sacrifica la circulación periférica por mantener la circulación central. Por eso empiezan a hormiguearse los dedos”, tal y como explica el médico Ricardo Franco.
Así, las partes con menor riesgo sanguíneo, como la oreja, la nariz, los labios y los párpados pueden sufrir graves quemaduras por congelación, por lo que debemos prestar especial atención a ello para cubrirnos con las prendas adecuadas.
No obstante, en estas circunstancias, además de resguardarse o abrigarse bien, el objetivo ha de ser ahorrar la máxima energía, el máximo calor. Por esta razón, es mejor no moverse, no hablar, no respirar con fuerza y no beber alcohol, un vasodilatador.
Hace 18 años, el ilusionista David Blaine se encerró durante dos días y medio en un gigantesco bloque de hielo en Nueva York. Tuvo que ser llevado al hospital y tardó un mes en poder volver a caminar. Si quisiera repetir hoy su hazaña, le bastaría con darse un paseo por Wisconsin.
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