La cumbre más alta de las montañas doradas de Altái, en Siberia, luce de por sí preciosa con un blanco nuclear que no perturban los edificios y las luces de las urbes. Pero hay ocasiones, como ha ocurrido recientemente, en que su esplendor se multiplica por un efecto colorido que se forma en el cielo, con lo que se conocen como nubes iridiscentes o arcoíris. ¿Qué da lugar a este fenómeno tan llamativo?
El pasado día 12, Svetlana Kazina, residente de la región de los montes Patrimonio de la Humanidad, publicó unas fotos que han tenido mucho éxito entre los amantes de la naturaleza y la meteorología. Su pico más alto, Belukha, se vio de cuento bajo una especie de burbujas de jabón de colores que se formaron en el cielo.
Cuando en la atmósfera hay la suficiente humedad, ya sea porque las nubes contienen agua o hielo, esta puede reflejar los rayos del sol en diferentes tonos: rojos, amarillos, azules… Cuanto más fina sea la nube más posible será que los rayos solares incidan sobre las gotas o cristalitos de hielo.
No es la primera vez que las vemos, pero desde luego nunca dejan de impresionarnos. Se han previamente en zonas también muy elevadas de Perú o Chile.