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Si eres madrugador o sueles estar hasta el anochecer en la calle, probablemente lo hayas notado: las temperaturas están cayendo en picado últimamente y las horas de sol se han reducido drásticamente. Es ese momento del año otra vez: toca sacar el nórdico. Ponerlo a punto con un buen lavado y meterlo en su funda puede parecer tedioso, pero con unos trucos te llevará dos minutos.
Los ácaros no suelen tener preferencia por los edredones, más bien prefieren los colchones y las sábanas. No obstante si no lo lavamos antes de ponerlo al acabar el verano y antes de guardarlo al terminar los meses fríos, es probable que tome un color amarillento y se hagan pelotillas, en el mejor de los casos. El problema: ¿cómo lavo algo que abulta tanto y tarda siglos en secar?
Está claro que la lavadora no vale para todo. En primer lugar, es posible que el nórdico ni siquiera quepa si las dimensiones son muy grandes y el material muy pomposo. Y, en segundo lugar, suponiendo que entrase y pudieras lavarlo en casa, después tendrías que sacarlo y, a menos que tengas jardín, se te empapará el suelo y liarás una muy gorda.
La excepción son los edredones de fibras sintéticas (si no son muy grandes), que podrían caber en la lavadora de casa y no requieren siquiera de suavizante. Otra opción es lavarlo en la bañera, pero cuidado con el sol: si le da en exceso podrían salirle manchas amarillas.
Por eso existen las lavanderías de autoservicio. Además, suelen tener secadoras, por lo que no tendrás que preocuparte de que quede húmedo, lo cual causaría la aparición de manchas en el edredón. Te lo llevarás como nuevo a casa.
Otra opción son las tintorerías, que conocen perfectamente el proceso para lavar cada material, ya que no todos los nórdicos son iguales.
Cuando lo laves para guardarlo al final del invierno, acuérdate de confirmar que está del todo seco o se echará a perder. Un truco para almacenarlo sin que ocupe tanto es meterlo en una bolsa grande de vacío, para poder aspirar el aire y reducir su tamaño.
Meter el edredón en la funda puede ser desesperante… Pero no con este truco. La clave está en darle la vuela a la funda, estirarla y después poner el edredón por encima. A continuación se van enrollando las dos cosas conjuntamente y, una vez terminado el proceso, se vuelve a dar la vuelta a la funda. Os juramos que en dos minutos está listo y no necesitas reclutar a un ejército, puedes hacerlo tú mismo.