Una megasequía extrema está secando el suroeste de Estados Unidos y partes de México a unos niveles que no se veían desde hace al menos 1200 años.
Una sequía dramática afectó a esta región de Norteamérica en 2021. Según un nuevo estudio, publicado en la revista Nature Climate Change, el periodo de 2000 a 2021 fue el más seco registrado en siglos, no se veía una cosa igual desde las megasequías que afectaron al continente entre los años 800 y 1600, y “es muy probable que esta sequía persista hasta 2022 (con un 94 por ciento de posibilidades), igualando la duración de una megasequía de fines del siglo XVI”.
El estudio calculó que el 42% de esta megasequía se puede atribuir al cambio climático causado por el hombre.
"El cambio climático está cambiando las condiciones de referencia hacia un estado más seco, y eso significa que el peor de los escenarios sigue empeorando", dijo el autor principal del estudio, Park Williams, hidrólogo climático de la UCLA. "Esto está en línea con lo que la gente pensaba en la década de 1900 como el peor de los casos. Pero hoy creo que debemos prepararnos incluso para condiciones en el futuro que son mucho peores que esto".
Williams estudió los niveles de humedad del suelo en el oeste, un cuadro que incluye California, Wyoming, Utah, Nevada, Arizona, la mayor parte de Oregón e Idaho, gran parte de Nuevo México, el oeste de Colorado, el norte de México y las esquinas suroeste de Montana y Texas, explica un comunicado.
Estas investigaciones se realizan utilizando medidas modernas y analizando los anillos de árboles, logrando remontarse al año 800. Esto es lo más antiguo que pueden llegar las estimaciones confiables mediante la observación de los árboles.
Investigaciones anteriores estimaron que veríamos la peor sequía desde el año 800 entre los años 2000 y 2018. El 2019 fue un año húmedo, y pareció por un momento que podría poner punto final a la sequía en el oeste de EEUU, no obstante, desde mediados de mayo hasta fines de 2021 todo el estado de California se declaró en sequía oficial, lo que sugiere que “no estamos cerca del final”, dijo Williams.
Ahora no se descarta que la "megasequía" prolongada y profunda podría superar a las del siglo XVI, que solían desaparecer a los 20 años. “Esta sequía es ahora un 5% más seca que el antiguo récord del siglo XVI”, dijo el investigador.
El año 2002 fue uno de los años más secos de la historia. "Me preguntaba si volveríamos a ver un año como 2002 en mi vida y, de hecho, lo vimos 20 años después, dentro de la misma sequía", lamenta Williams. Los niveles de sequía en 2002 y 2021 fueron un empate estadístico, aunque aún por debajo de 1580 para el peor año individual.
El oeste de Norteamérica no es la única región del mundo afectada por las sequías. El cambio climático ha empeorado las sequías provocadas por los episodios de calentamiento del Pacífico ecuatorial conocidos como El Niño. En 2015-2016, el Valle del Rift en África sufrió malas cosechas generalizadas, pérdida de ganado y brotes de fiebre masivos, lo cual lo llevó a registrar enormes tasas de desnutrición.
El año más cálido que se ha vivido en la Tierra hasta el momento fue el 2016, con una temperatura 0,44 °C por encima del promedio de 1991-2020. El 2020 estuvo a la par con 2016, siendo menos de 0,01 °C más frío, seguido por los años 2019 y 2017, con temperaturas de 0,40 °C y 0,3 °C por encima del promedio preindustrial. 2021 fue el quinto más cálido registrado, pero solo marginalmente más cálido que los años 2015 y 2018.
Es decir, los años más calurosos que se han vivido en nuestro planeta han ocurrido desde 2015, lo cual sugiere una clara relación con las megasequías que se están produciendo en el mundo.
A nivel mundial, se prevé que entre 800 y 3.000 millones de personas sufran los efectos de la sequía si el mundo se calienta 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, según las estimaciones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
En España y otras partes de Europa, como Portugal y zonas de Francia, también vivimos actualmente una situación de sequía que podría batir un nuevo récord si las precipitaciones no llegan, causando pérdidas millonarias en cosechas e incluso restricciones de agua para la población de cara a la primavera.