La pasada semana las montañas de buena parte de Europa se tornaron polvorientas. La irrupción de calima procedente del Sáhara oscureció la nieve especialmente en Pirineos y los Alpes, donde las partículas diminutas de arena llegaron en abundancia. Esta semana la misma estampa podrá repetirse, aunque esta vez las nevadas serán más escasas. Lo que sí está garantizado son unos cielos más turbios de los normal en buena parte de España.
El Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus registró un fuerte aumento en las partículas de diámetro superior a 10 micras en varias ciudades la semana pasada. Por ejemplo en Barcelona se superó la concentración que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera segura, de 50 microgramos por metro cúbico.
Estas irrupciones de polvo en suspensión se producen puntualmente cuando el viento del sur es lo suficientemente fuerte para canalizar columnas de estas partículas hasta Europa. Inicialmente, un sistema de baja presión levanta esa arena verticalmente en los desiertos de África, y después los transporta en la parte superior de la atmósfera hacia el norte. Si bien es frecuente durante la primavera que el invierno, y en cantidades inferiores a las recientes.
En los últimos días, hemos pasado de un tren de borrascas a la entrada de las altas presiones con la formación de una dorsal sobre la Península Ibérica. Esto ha desplazado el frío hacia los países del este de la cuenca del Mediterráneo –veremos nevadas importantes en Turquía– y ha despejado los cielos en España.
En las islas Canarias, el flujo de vientos del este arrastrará primero esa masa de polo africana, y que después se irá adentrando en la Península gracias a los vientos del sur-suroeste. A continuación vemos dónde se prevén los mayores niveles.
*Predicción de cantidades de polvo en suspensión del Modelo Skiron, Universidad de Atenas
En Canarias la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) activa el aviso por altas concentraciones de polvo en suspensión primero en las islas orientales el lunes, y el martes lo hará en todo el archipiélago. En la Península veremos cantidades significativas desde el miércoles, superándose los 100 µg/m3 en puntos del interior y el este.