Los satélites Copernicus Sentinel y Aeolus han mostrado las grandes cantidades de partículas de polvo del desierto del Sahara, en el norte de África, que el viento traslada este verano a través del océano Atlántico, según ha informado la Agencia Espacial Europea (ESA). Tal es el tamaño de este penacho de polvo que ha sido bautizado con el nombre de 'Godzilla'.
Generalmente se forma entre finales de la primavera y comienzos del otoño, alcanzando su punto máximo desde finales de junio hasta mediados de agosto. El polvo puede flotar durante días o semanas, dependiendo de lo secas, rápidas y turbulentas que se vuelvan las masas de aire. Posteriormente, los vientos en la troposfera más alta barren el polvo a través del océano Atlántico hacia el Caribe y los Estados Unidos, recorriendo una distancia de 8.000 kilómetros.
A pesar de que este fenómeno meteorológico ocurre todos los años, la ESA señala que el penacho de 2020 es "inusual" debido a su tamaño y la distancia recorrida. El nombre meteorológico para el penacho es Saharan Air Layer (SAL).
Aunque su aparición en imágenes satelitales es premonitoria, la columna de polvo podría ser una buena noticia. Según el Laboratorio Oceanográfico y Meteorológico Atlántico de la NOAA, puede inhibir la formación de huracanes y también puede evitar que los que se formen se vuelvan más poderosos y destructivos.
El polvo también es una fuente de nutrientes para el fitoplancton, las pequeñas plantas marinas que flotan cerca de la superficie del océano. El fitoplancton proporciona alimentos a los animales que están más arriba en la cadena alimentaria y también es fotosintético, creando oxígeno para la biosfera.
Sin embargo, hay malas noticias asociadas con el penacho de polvo. La neblina puede desencadenar alertas de calidad del aire y puede ser un riesgo para la salud, especialmente para las personas con afecciones de salud subyacentes.