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Estos días se disparan las alarmas ante posibles incendios en España, sobre todo después de los eventos devastadores del verano pasado. El nivel de riesgo es alto en la mayor parte del país y extremo en unas 15 provincias, y en las últimas horas se han registrado focos activos en Granada, Álava, Huelva, La Rioja… La lista continúa. Son varios los factores que los están haciendo tan probables esta semana.
Las temperaturas que estamos teniendo son demasiado altas incluso para julio. Este es principal problema. Las únicas zonas de España que registran valores normales o algo fríos para la época (comparando con el promedio del periodo de referencia 1981-2010) son el norte de Galicia y las localidades de la vertiente cantábrica.
Desde primera hora los 30ºC no son una excepción. Antes de las 8 de la mañana ya se superaba esa marca en Canarias, en Extremadura, en Castilla-La Mancha. Tampoco ha habido que esperar demasiado para ver el primer termómetro a 42ºC. Se alcanzaron en El Granado (Huelva) el domingo, y se rozaron el mismo día en la estación meteorológica de Badajoz universidad.
Pero el calor no es lo único que contribuye a disparar el riesgo: “El viento también se comporta como un ingrediente muy favorable, desencadenante sin duda de esa chispa que provoca el inicio y desarrollo del incendio”, comenta Rosalía Fernández, nuestra meteoróloga y directora de Meteoralia.
A su vez, cuando el ambiente está especialmente seco, la vegetación es más proclive a arder. En la mayoría de zonas de montaña de España la vegetación ya amarillea a pesar de que tuvimos un confinamiento muy lluvioso. Hay que apuntar que el descuido del monte este año por la cuarentena también ha tenido que ver. Hay mucho de lo que llamamos ‘mala hierba’, esas flores silvestres que con las precipitaciones han brotado más que otros años, además, sin nadie que las pode.
En las Islas Canarias hay que sumar un extra: la calima. Llega en cantidades considerables estos días. Los niveles van a ser similares a los del oeste de África continental y Cabo Verde. Este polvo en suspensión que contiene mayoritariamente partículas de arena del Sáhara va a contribuir a secar el suelo porque desploma la humedad, sobre todo en zonas de interior que no reciben el viento costero. En el observador de Izaña, Tenerife, a esta hora la el índice de humedad relativa es de un 15%.
Por último, cabe recordar que un ingrediente muy a tener en cuenta en el desencadenamiento de estos incendios es la acción humana. En el siguiente informe del Gobierno se analizan las causas en el decenio 2004 y 2013. Descubrimos que solo un 4,36% de los incendios fue provocado por rayos en este periodo, mientras que la suma de negligencias, accidentes y fuegos intencionados supusieron el 79,51% del total.
A continuación vemos el análisis que se hizo entonces de las supuestas motivaciones sociales para empezar esos incendios:
Con este escenario, nuestra geografía se vuelve muy propensa a los incendios forestales. “Tenemos un riesgo muy alto, incluso extremo, en todo el suroeste peninsular, destaca el riesgo alto de Galicia, Murcia, Albacete y norte de Aragón y Cataluña”, recalca Rosalía Fernández. Los niveles de peligro previstos por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) van a más el martes, como vemos en los siguientes mapas. “Y en los días siguientes seguiremos con esta situación”, concluye nuestra meteoróloga, con que los servicios de emergencias estarán alerta.