La ola de calor en Estados Unidos y Canadá no solo es histórica, también es letal. Las autoridades han confirmado decenas de muertes repentinas a causa de las altas temperaturas, y se ha tenido que evacuar a los residentes de Lytton, en la Columbia Británica, por un terrible incendio. La ciudad rozó el martes los 50 grados después de batir récords de calor durante tres días seguidos. Los medios locales describen la situación de infernal.
La hipertermia está detrás de al menos 63 muertes en el estado de Oregón, y otras 45 en Portland. En la Columbia Británica, esta cifra podría ascender a más de 400 en los últimos cinco días, según ha confirmado el BC Coroners Service a Reuters.
Las consecuencias cada vez son más evidentes. Los incendios forestales en Kamloops, Lytton y Lillooet se han tornado incontrolables rápidamente, lo cual ha obligado a evacuar cientos de hogares.
Y las condiciones pueden estar a punto de volverse explosivas, a medida que al calor se suman las tormentas eléctricas secas, con rayos, y los fuertes vientos que ayudan a propagar las llamas con la mínima chispa. Los meteorólogos estiman que el fuego podrá extenderse a una velocidad de unos 20 kilómetros por hora.
El alcalde de Lytton, Jan Polderman, ha recomendado a toda la población abandonar la ciudad hasta que logren exinguirse los incendios. "Es terrible. Toda la ciudad está en llamas", le ha dicho a CBC News. "Pasaron como 15 minutos desde la primera señal de humo hasta que, de repente, hubo fuego por todas partes".
El incendio más preocupante hasta el momento se ha bautizado Mckay Creek y ha arrasado cerca de 4.000 hectáreas. Los bomberos no dan abasto.
"El calor es más típico de las temperaturas de verano en el Medio Oriente que en una provincia que alberga las Montañas Rocosas y el Parque Nacional Glacier. Existe el consiguiente riesgo de un gran derretimiento de los glaciares", decía en un comunicado la Organización Meteorológica Mundial (OMM). "La provincia de Columbia Británica rompió 43 récords históricos hasta el 28 de junio, y se espera que caigan más", preveía.
Los expertos aseguran que un evento extremo como el que se está viviendo en Canadá y noroeste de Estados Unidos no sería posible sin el cambio climático. "Las posibilidades de que ocurra de forma natural son una vez cada decenas de miles de años", ha dicho Nikos Christidis, meteorólogo de la Met Office británica.