El calor nos va a dar un respiro unos días, antes de volver por la puerta grande este fin de semana. Podríamos tener, incluso, la primera ola de calor del verano, que será especialmente sofocante en la mitad sur peninsular. No se descarta que alcancemos temperaturas próximas a los 45 ºC.
Tras un lunes tórrido, que en zonas de Málaga ha transcurrido con temperaturas nocturnas superiores a los 30 ºC, este martes y miércoles se producirá en España un bajón generalizado de los termómetros. La excepción será el área mediterránea, donde todavía podrán alcanzarse valores próximos a los 40 ºC.
Pasado el paréntesis térmico, que se producirá por la llegada de una masa de aire frío, las temperaturas volverán a escalar grados rápidamente a medida que África bombea calor hacia la Península Ibérica y, de cara al sábado y el domingo, en un puñado de provincias se superarán los 35 grados.
El fin de semana se instalará sobre España lo que se ha bautizado como una “cúpula de calor”, un término que nació en Canadá la pasada semana, cuando se rozaron los 50 grados en la ciudad de Lytton.
Este fenómeno meteorológico ‘atrapa’ el calor porque se gesta una región de la atmósfera en niveles medios y altos con una presión superior a la de las zonas vecinas (una dorsal). Esa región con altas presiones está asociada a temperaturas muy elevadas. Concretamente, se prevé una anomalía térmica de cara al domingo de unos 15 ºC a 850 hPa (a unos 1500 metros sobre la superficie).
*Anomalía de la temperatura a 850 hPa prevista para el fin de semana / modelo ECMWF / Tropical Tidbits
A esta explicación hay que añadir que, dentro de esa dorsal anticiclónica, el aire atmosférico desciende, lo cual hace que se comprima y caliente. Dado que el aire desciende y queda atrapado en la superficie, el sol pega y el aire sobre el suelo es cada vez más ardiente, sin ascender en ningún momento (por tanto no se forman nubes).
En zonas donde además el relieve favorezca un mayor calentamiento del aire, las temperaturas pueden ser de récord.
Las temperaturas más altas se esperan en zonas de Andalucía (con especial calor en el valle del Guadalquivir), en Castilla-La Mancha, Murcia y la Comunidad Valenciana, aunque no se quedarán atrás unas cuantas localidades de Extremadura, de Madrid o de la cuenca del Ebro.
Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), toma como ejemplo Écija: “La mayoría de los modelos de predicción (80 %), se mueve en la horquilla de 40 a 45 ºC para el domingo”, ha informado en su cuenta de Twitter.
Se tratará de una situación excepcional de altas temperaturas, como ilustra el siguiente mapa de anomalías térmicas previstas del meteorólogo César Rodríguez Ballesteros.
Todavía hay mucha incertidumbre en cuanto al desarrollo que tendrá esa dorsal subtropical, y por tanto no está claro si se considerará oficialmente una ola de calor, aunque las probabilidades no son bajas.
Se consideran olas de calor aquellos episodios que se producen durante, al menos, tres días consecutivos, en el 10% de las estaciones meteorológicas. Han de registrarse “temperaturas máximas por encima del percentil del 95% de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo 1971-2000”, lo describe la Aemet.