Si ya habías guardado la ropa de abrigo, te recomendamos que la vuelvas a sacar: la semana va a acabar con frío. Sí, has leído bien. La irrupción de una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), unido a la entrada de aire frío polar de procedencia marítima, va a desplomar los termómetros en todo el país y va a arrebatarnos el tiempo veraniego del que hemos disfrutado en la última semana.
En concreto, veremos cómo las temperaturas caen de forma extraordinaria en apenas 24 horas, pasando en algunos casos de 28ºC a 11ºC entre el jueves y el viernes. Tal es el caso de la provincia de Soria, donde el desplome será de hasta 17ºC. Otros casos de descensos extraordinarios los veremos en Guadalajara (-15ºC), Madrid y Teruel (-14ºC) y Zaragoza (-13ºC).
De esta manera, las temperaturas quedarán claramente por debajo de los 20ºC en muchos puntos del norte e interior peninsular.
Las tormentas también se generalizarán en todo el norte, siendo más intensas en las zonas del cuadrante noreste y Pirineos, así como en la Cordillera Cantábrica, si bien es cierto que tocará sacar el paraguas en prácticamente toda la mitad norte.
El origen de tanto cambio es triple. Por un lado, llegará a nuestro país una DANA nacida en el seno de una vaguada, es decir, de una elongación de las bajas presiones que desde el Atlántico han descendido hacia nuestras latitudes. Esa elongación ha terminado por separarse del núcleo y se ha formado el embolsamiento de aire frío en altura. Ese embolsamiento ha llegado hasta aquí porque las altas presiones se van a desplazar hacia Groenlandia, permitiendo el paso de ciclones extratropicales en nuestras latitudes que hasta ahora lo han tenido difícil para entrar.
Esa DANA, una vez se aproxime a nuestra península, sufrirá un proceso de ciclogénesis (nacimiento de borrasca), y pululará desde el jueves hasta el fin de semana por el norte peninsular. Paralelamente a la DANA, tendrá lugar una incursión de aire frío a 1500 metros (850 hPa) del Atlántico, una masa mucho más fría que la que ahora nos visita, y que hará que se desplomen los termómetros aún más.
Se trata de un episodio de cambio de tiempo que la Aemet ha tildado de 'extraordinario' debido a su brusquedad, es decir, que va a ser una metamorfosis atmosférica casi radical, pasando en menos de 24 horas de los cielos azules y el ambiente veraniego al tiempo frío y lúgubre.
Se prevé que nos acompañe, al menos, hasta la semana que viene, pues no se espera que el anticiclón que hasta ahora nos ha protegido de la invasión de las altas presiones vaya a posicionarse cerca nuestra. La puerta a la inestabilidad permanecerá abierta unos cuantos días.